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08 octubre 2012

El traicionero silbido de la derrota

Poco ha de trajinar la oscura sombra del desastre para que caigamos presa de las vorágines de la Vida. El impetuoso rugir de nuestras voluntades no es antagonista suficientemente fuerte para encauzar los reveses de las corrientes ni amansar el fluir de un cauce sin márgenes. Sólo el carácter impreso en nuestra persona es rival digno frente a tales desventuras. Pobre de aquel que se deje ahogar por los vaivenes de los ajetreos ordinarios pues, no es sino un infortunio que una persona no crea en el poder de su propia fuerza sin duda, encubierto bajo maleables capas de inseguridades. Bravo por aquel que sí vive para ver madurar el fruto de la paciencia y la sabiduría intrínseca al gran viaje de la Vida, destino él mismo de nuestra existencia. No es sino suyo el mérito y por tanto, el provecho, de una plenitud susurrada entre la brisa y las caricias del viento, que envuelve y acompaña a quien se hace dueño de sus virtudes y surca con pasión entre las mareas de sus propias sombras.   
Cola de huracán que pasó por las Islas Canarias, feb 2010

29 septiembre 2012

Eruditos vacíos y don-nadies con ideas brillantes


Me creo que Einstein fuera un incomprendido. 
A diario descubro gente con ideas diferentes y curiosamente, brillantes. Aquellos que de un caso aislado pueden sacar una regla universal válida. Sin saber cómo, simplemente porque saben que tienen razón. Aquellos que saben ver y ven lo que los demás no advertimos. El problema es que nadie les escucha, porque no tienen una voz que suene más alta que el relincho de las masas. Y así todo queda en nada; y esas ideas brillantes se oxidan y se olvidan. Lamentablemente, decidimos escuchar no a las voces anónimas, sino aquellas que se presentan con nombre y apellidos, sin importar qué diga ni con qué intenciones lo haga. Pudiendo estar a favor o en contra y teniendo al respecto tantas variadas opiniones como personas hay en este Mundo. El por qué: porque es más fácil decir "sí" o "no" a lo que otro ha pronunciado antes. Gestar ideas nuevas y además inteligentes, es tarea difícil y destreza de muy pocos. Por eso yo prefiero desechar a las grandes corrientes y afinar el oído para escuchar lo que la gente entre tú y yo tiene que decir. A menudo me sorprende lo que encuentro.   

El reflejo del alma

Plaza del Humor (antigua Plaza de los Huevos) - A Coruña

Hay quien dice por ahí, acertadamente, que la cara es el reflejo del alma. Para mí no hay dudas de que esto sea así. Una cara feliz dice mucho, la risa siempre es contagiosa y una cara triste te deja sin palabras. Luego está el que dice que la procesión se lleva por dentro. Claro que, lo que hay dentro, dentro... eso es un misterio. Lo que tengo seguro es que uno lleva consigo lo que tiene; si estamos deprimidos poco entusiasmo podremos aportar, puesto que no se puede sacar de donde no hay. Si en cambio estamos felices, irradiamos buenas vibraciones, tenemos ese brillo en la mirada y en el corazón. Dicen la felicidad no es la meta, es el camino y yo me lo creo. Los obstáculos para la felicidad sólo existen si tú así lo crees, pues sólo nosotros tenemos la solución a nuestras catástrofes. Y ten en cuenta que recibimos de los demás lo que damos porque si la Naturaleza funciona de una manera es dejándonos recoger lo que sembramos. Hoy, si piensas lo mismo que yo, sacúdete las preocupaciones y échale una sonrisa a la Vida ;)

26 septiembre 2012

En mis sueños

A veces vivimos situaciones que parecen parte de un sueño,
tal vez por el lugar, la persona, el momento o todo ello.
Cuidado aquel que sabe capturar ese instante y guardarlo,
pues el que guarda siempre tiene y el que atesora un recuerdo,
vive persiguiéndolo sin saberlo... en sus sueños.   
Puente de Rande - Vigo

24 septiembre 2012

Odd

Plaza de España, A Coruña







  
 
 
Con frecuencia me sorprende la facilidad con la que olvido que hay gente en el Mundo que hace cosas muy muy raras; cosas que van más allá de las extravagantes desviaciones aleatorias normales de mi mente. 

¡Buenas noches!

20 septiembre 2012

Gente "?"

Seguro que te ha ocurrido. Y ahora con los comienzos de curso, más todavía.
Es inevitable que, al conocer a alguien, tardes un tiempo en darte cuenta de si realmente te va a caer bien o le vas a detestar. Ellos son ese gran interrogante en la ecuación de la socialización. Las reacciones pueden ser infinitamente variadas desde personas con las que conectas al instante, aquellos que nunca te cayeron bien y no sabes por qué, los que te sorprenden -positiva y negativamente, los que prejuzgas y luego ese remoto grupo de gente que no sabes cómo clasificar. Esos que aún estás conociendo y que apenas te dan una pista sobre qué puede pasar entre vosotros. Normalmente no me lleva mucho tiempo calar a la gente. Me he llevado alguna sorpresa pero en general mi ojo clínico apunta bien. Por eso me resulta tan aplastantemente desquiciante que tarde más de una conversación en determinar si "sí" o si "no". Pero amigos, me ha pasado. Ahora aparte de las dudas de dermatología y las existenciales inagotables, me veo dudas andantes por el hospital. Yo soy como Cristiano Ronaldo cuando no marca. Aléjate porque puedo explotar.  
\/\/\/\/\/\/\------ ¡¡BOOM!!------\/\/\/\/\/\/\

16 septiembre 2012

Círculos


A veces -ilusa de mí, intento creer que no pertenezco a un círculo concreto de personas, a un lugar o a un gremio particular. Me encanta pensar que soy tan chachi como pretendo ser aunque en el fondo entre tú y yo sepamos la verdad. Que soy lo que soy y soy de esas personas. Por supuesto me encanta que gentes de otros sitios tan variados como sea posible, pasen por mi vida y dejen su huella en ella. No sabes la cantidad de cosas que se puede llegar a aprender simplemente conociendo lo que hay más allá de la puerta de tu casa. Lo divertido, instructivo y útil que es, sólo es comparable a lo increíble que supone salir y descubrir Mundo. Por supuesto salir también te permite valorar lo que tienes y darte cuenta de cómo de implicada estas en tu propio círculo. Parte de la emoción supone saber si en la próxima calle vas a encontrar a un gilipollas sin remedio o a la persona más exótica que hayas conocido. En Santiago tuve una racha de buenas vibraciones y buenas gentes. No puedo sino alegrarme por haber encontrado allí a todos aquellos desconocidos a los que ahora llamo amigos, a médicos, peregrinos, gentes de Galicia, del extranjero y en definitiva, viandantes de este Mundo que nos da tantas posibilidades. A veces salir de tu círculo resulta una experiencia enriquecedora y no por ello olvidas quién eres ni de dónde vienes.   

02 julio 2012

Conversaciones unilaterales

No es fácil encontrar un (des)igual.
Voy salteando los días del calendario con un poco de prisa, sin fallarle al horario. Paso por los escaparates de la calle de la Oportunidad sin pararme, zumbando. Sueño, deseo, encuentro, degusto. A veces hallo algo que me atrae y me encamino hacia el interior del Quizá. Pero en esos barrios de dudosa credibilidad pocas veces suelo dar con un motivo que me retenga mucho tiempo. Y sin embargo, me encanta tener una buena conversación. Hacer reír, contar, ser escuchada... lo más placentero de esta vida. Ya dure una hora, un rato, un siempre. Pero debe haber algo que no soy capaz de percatar. Aún trato de encontrar la tara que debo tener. Porque no puedo ser muy normal cuando convierto el entre tú y yo en sólo yo. Hago el intento; evito dirigir cuanto digo pero en un periquete me encuentro de nuevo en el mismo punto: acabando mis conversaciones unilateralmente; siempre en primera persona.

Monólogo a la de tres, dos...

29 junio 2012

Campamento de verano

No. No tengo pensado trasladarme al monte y menos con este calor asqueroso. Porque las acampadas nunca fueron lo mío y porque... ¿allá arriba hay wifi?
El campamento para Deb se limita a la casa. Con tres hijas, mi madre no puede tolerar que no nos convirtamos en mujeres de provecho mientras ella viva. Sí, mi madre es de la vieja escuela. Con el cambio de los tiempos se ha ido adaptando así que ahora simplemente se defiende diciendo "nunca está de más que sepas...". Sigue la frase con cocinar, planchar, limpiar, fregar, barrer, poner la lavadora... lo que quieras. Desde el primer día de vacaciones nos mete caña. Y además aprovecha tanta ayuda para hacer las tareas más pesadas como cambiar las fundas de los sillones, reorganizar altillos, lavar toda la ropa de cama y demás.

Lo que más me gusta es el momento cocina. Me engatusa para preparar un plato que me gusta y mientras vigilo que no se chamusque al fuego me inquiere preguntas del tipo:
   - "¿tú cómo lo preparas?" o "¿tú qué le echas?";
   - yo respondo con un "yo que sé, ¿orégano?".
   - Entonces ella dice "no no, mejor perejil".
   - Yo digo "pero es que a mí me gusta con orégano".
   - Ella sentencia "ya, pero es que eso lleva perejil".
Astutamente termino haciendo mi plato a su gusto. Pero ya estoy acostumbrada a transigir. Entre ella y yo es mejor así; menos bronca para mí y platos mejor sazonados para ella. Recuerdo que la quiero y la hago feliz haciéndola creer que estoy procesando lo que me cuenta aunque en el fondo, me da un poco igual el orégano y el perejil. Es que mi madre... requiere mucha atención y energías. Obviamente, no todo el monte iba a ser orégano. 

¡Feliz Viernes!

25 junio 2012

Con zapatillas de ballet


Me encanta cuando mis hermanas acaban el curso y hacen una limpieza de todo lo que no quieren. Siempre hay algo que se puede aprovechar; se puede rescatar un osito, una camiseta o en este caso un maniquí de boceto viejo. Es divertido ver como -cuando mi mente está liberada, deja fluir a la imaginación uniendo piezas arbitrarias para crear. Unas acuarelas usadas, un trozo de tela roto y una cinta en manos deseosas de expresión pueden acabar en esto que ves. Igualmente podría decirse sobre este boom de escribiente entre tú y yo. Como le dije a mi amigo C. trato de compensar ese mes que estuve con exámenes (en la biblioteca all day, everyday) y que no podía ni teclear 'socorro'. Podría denominarse el efecto "Caja de Pandora" (pero sin pulsera cara). 
La orquídea es de plástico, ¿a que parece de verdad?

Sí, no puedo ocultarlo... soy una sentimental. No me gusta tirar los viejos trastos, aunque sean viejos y sean trastos. De ahí que mi cuarto se parezca a un museo de antigüedades, muy al estilo British Museum con momias y ácaros polvo incluidos. Lo de las momias lo digo en serio. Deb tiene un secreto guardado en una caja sobre el armario (uh-uh-UH!). Estoy contenta con el resultado de mi inventiva. Aunque nunca haya hecho gimnasia rítmica en mi vida, como sí hicieron el resto de mis compañeras del colegio; ni haya visto nunca una actuación de ballet; ni me guste mucho el color rosa. Será porque ahora hay una pieza única más en mi mundo. O tal vez porque me salí con la mía y rescaté otro trasto más que ahora adorna mi mesa. Sí, no tengo remedio...

¡Feliz Lunes!

11 mayo 2012

¿Cuál es tu etiqueta?

     Es un mal vicio ponerle etiquetas a las personas. 
     Por desgracia es un vicio que acostumbro hacer entre tú y yo

Últimamente me he dado cuenta de que, al encontrarme con alguien de mi pasado enseguida me viene a la cabeza un breve resumen -un flash, de cómo esa persona ha influido en mi vida. Lo que más me llama la atención es que, lo que recuerdo son, en su mayoría, las cosas malas. Eso que dicen (incluso yo misma) de que los pequeños momentos son los que cuentan, es pura mentira porque si en algún momento la cagaste, al fin y al cabo, la cagaste. Y es más fácil de recordar esto que mil pequeños momentos porque es más notable y menos numeroso. No son prejuicios pues no se prejuzga algo que se conoce.

Lo peor de todo es que estoy segura de que ellos, al igual que yo, van por el mundo repartiendo etiquetas. Me pregunto si ellos serán más benévolos que yo y si recordarán lo bueno que he hecho o se limitarán a emitir su veredicto. Me pregunto qué etiqueta llevaré yo.

Ay amigo, qué va a ser de mí...

23 abril 2012

Un libro, un amigo

¿Cómo dejar pasar este 23 de Abril sin hablar de los libros?
Algo que nunca falta en mi escritorio. Mis mejores amigos desde siempre. Compañero, confidente, inspiración, fuente de conocimiento, guía, refugio, distracción; lo que necesites. Desde que era una niña más pequeña, dedicaba gran parte del día a leer prácticamente todo lo que caía en mis manos. Muchos libros me los regalaban y luego, en la calle, me dejaba engatusar por cualquier novedad o rara antigüedad. Además, nunca tiro ninguno sino que los guardo incluso después de que las páginas se vuelvan amarillas. En consecuencia, mis estanterías están llenas de libros. Pero entre tú y yo, así es como me gusta. 

Mi vida no sería la misma sin tener a mano la poesía de A. Machado, ni las historias de escalera, Platón y Nietzsche en un mismo estante, las infinitas novelas de misterio, Harry Potter y compañía, mi Mio Cid en castellano antiguo, algo de Psicología al lado de Orgullo y Prejuicio, mis libros de segunda mano en inglés, Agatha Christie y Agatha Christie, mi edición en tapa dura de La Sombra del Viento o mis libros de Medicina mezclados con los tomos de Historia del Arte sin ton ni son. Todos con sus respectivos marcalibros señalando la última página que leí o una cualquiera al azar.
Nuestras horas son minutos 
cuando esperamos saber, 
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.
                     A. Machado      
Muchas veces desearía tener al alcance más lugares a los que ir a rebuscar libros antiguos. Pero en el fondo prefiero que sea eso, un deseo, que con mucho se ve realizado un par de veces al año porque, de lo contrario, pasaría el día con un libro en las manos y no precisamente de Medicina. En Londres era tan fácil como buscar la tienda Oxfam más cercana. Había una a la vuelta de cada esquina. Allí la gente acudía todos los días a cientos buscando un libro para los largos y solitarios trayectos en metro; compraban libros de segunda mano como quien compra chicles en un quiosco y casi por el mismo precio. Como ya habrás imaginado, yo pasaba horas ahí dentro... y siempre salía con una bolsa enorme :)

¡Feliz Día del Libro!

17 abril 2012

El tren de mi vida

Soy pasajera de un tren llamado Vida. Viajo en asiento individual no fumador con ventanilla. Mi billete dice sólo ida; sin destino, sin regreso. Voy ligera de equipaje pero con un buen bolso de mano. Durante el trayecto me mantengo activa; voy distraída hablando con la gente que pasa a mi lado. Cuando estoy sola miro el paisaje que se ve a través de la ventana. Disfruto del paseo; es muy agradable. Aunque eso no quita que atraviese túneles que oscurecen durante largo rato el vagón y hasta mi mente. Por suerte, son escasos. Veo pasar otros trenes. Algunas veces van muy rápido y nos adelantan; otras, se quedan atrás. Me bajo en todas las estaciones por las que paso y siempre vuelvo con algún recuerdo. Aún no he visto pasar al revisor y, a estas alturas, dudo mucho que haya uno. Me gusta la música que suena en el vagón comedor; la tarareo todo el día. A solas escribo un diario sobre los detalles del viaje. Algún día me bajaré en una estación y no volveré pero el libro permanecerá para los próximos viajeros.     

16 abril 2012

Vil envidia

Como mi historia es larga, tomemos varios puntos al azar...
Cuando estaba en 2º de Primaria sentía gran envidia por L. mi compañera de clase. En particular por su pelo largo, lacio y rojizo que no tenía nada que ver con el mío que era corto, cargado y castaño oscuro -casi negro. 
 
En 2º de la ESO, mi objeto de envidia también estaba relacionado con la estética y, en especial, con el pelo de mi amiga V. De alguna manera era obvio que yo aún no había sido capaz de encontrar mi imagen ideal. Ella tenía el pelo negro, largo y además, ese curso llevaba unos rizos que a mí me parecían perfectos. Luego descubrí que se había hecho una permanente (como las viejas -pensé) y eso le quitó mucha parte del encanto que yo creía natural.

Cuando llegué a 2º de Bachillerato, eso sí que fue un gran paso. Por esta época ya había resuelto casi todos mis problemas de imagen; había conseguido domar mi pelo y cuando por algún motivo me superaba, simplemente lo dejaba en manos de la peluquera. Durante ese curso la verdad es que no tuve mucho tiempo de abstracción ni distracción por cosas mundanas sin importancia como la vida misma. Aunque sí recuerdo que sentí gran cantidad de envidia hacia los universitarios el día que fuimos a conocer la Universidad. Cuando entramos en el recinto y contemplé aquella estampa del Campus de Guajara, con la biblioteca de cinco plantas, el aulario y el césped, quise poder adelantar un año entero y formar parte de aquello en aquel mismo instante.    

Ayy señor, qué bien me embaucaron. Luego resultó que cuando entré en la Facultad de Medicina de césped na nai, la biblioteca sólo tenía una planta y bueno, estaba todo lo demás que mejor no especificar...

En 2º de carrera, tampoco tenía mucho tiempo libre. Ese curso fue una lucha constante; era Bolonia o nosotros. Luego resultó que no era Bolonia sino el EE(...)S (Espacio nosequé de Educación Superior) aunque igualmente se salió con la suya. Si me preguntan por qué podía sentir envidia en aquella época, diría que nada, pues una vez empecé la carrera se fueron cumpliendo los objetivos que me había propuesto: estudios, amigos, novio, fiestas, viajes, coche, etc. al menos de momento. Si me preguntaras cómo veo todo eso ahora, te diría lo que pienso honestamente; pero he dicho si me preguntaras... 

En general no me considero una persona envidiosa. Soy feliz con lo que tengo aunque tuviera mucho menos de lo que tengo. No es conformismo, es saber apreciar lo que poseemos en cada circunstancia. Quién no quiere ropa mejor, un coche más rápido o una nota más alta. Todos -a mí no me engañas. Pero no por envidiar al de al lado vamos a conseguir lo que queremos. Además, entre tú y yo, es un gasto de energía innecesario.  

¡Feliz Lunes!

15 abril 2012

A penny for your thoughts

Abbey Road, London

Es lo que te dicen en inglés cuando te quieren preguntar qué estas pensando.
Me acuerdo del día que me sacaron esta fotografía. Además recuerdo que tuvimos que esperar a que no hubiera mucho público ni tráfico para poder cruzar el paso de peatones como una auténtica Beatle y a la velocidad apropiada para que no saliera la foto movida. A diario me gustaría poder capturar en una foto momentos así, risas, pensamientos; no sólo dejar que se oxiden con el tiempo y se escapen del lazo del recuerdo. Seguramente nos sorprendería decubrir que si no fuera por una prueba de su existencia, no los recordaríamos tan fácilmente. Por eso me gusta conservar una tarjeta, un botón, una sombrillita de papel, un dibujo, un anillo o unas monedas en mi particular caja de Pandora. Y destaparla sólo a veces para comprobar que aún conservan su esencia. La verdad es que cuando me sacaron esta foto lo único que pensaba era "maldición, ahí viene el bus ¡se nos va a escaparrr!" -y ya llevábamos 25 minutos esperando, jajaja. Entre tú y yo, ahora me alegro de haberme hecho la foto y de que ésta sea la prueba de que las boberías pueden acabar siendo sinónimo de felicidad.


¡Feliz domingo!

19 febrero 2012

La Gambada

Nada tiene que ver con la Lambada. Más bien con meter la gamba
Y lo del color rojo de la imagen... no va mal encaminado.

Resulta que había un chico y, para qué engañarte, me gustaba. De hecho desde que lo conocí hace bastante tiempo, me había llamado la atención y sospechaba que él podía tener cierto interés en mí. Pero por alguna siniestra razón, nunca habíamos conectado en un buen momento. O él tenía una relación con otra persona o yo estaba muy ocupada con los exámenes o la que tenía una relación era yo o el ocupado era él. Con los años se sucedieron todas estas situaciones, todos los caminos llevaban a callejones sin salida y, ya al final, desistí de albergar ninguna esperanza y lo olvidé. Hasta el otro día.

Quizá el aburrimiento, la irremediable soledad o la esencia del oportunismo hicieron que viera en él una respuesta positiva a mi reclamo. En menos de lo que me esperaba me vi atrapada en un carrusel de lo más dulce y excitante pero, al fin y al cabo, en vano. Porque no hay peor maldad por parte del destino que condenarte a terminar en el punto de partida. Como si no hubiera ocurrido nada ni hubieras aprendido nada por el camino. Así me sentí yo cuando, después de semanas de atenciones, caricias, cafés y palabras suaves contemplé como me eliminaban de un juego para un jugador, que encima no era yo. Amarme hubiera sido un error, me vino a decir. Ya... a ver, ¿qué iba a decir si no? Pues, cualquier chorrada como esta. 

Y, ¿recuerdas aquel post-it? Pues no era de él...  

Eso sí. Se las ingenió para, con una jugada magistral, tomar y llevarse consigo el favor de mi confianza y la amistad que yo, en un intento por acercarme a él, le había ofrecido. Creía que podía compartir sus secretos conmigo. Pero no hizo sino equivocarse al creer que podía coger sin dar pues el universo no es sino un equilibrio, al menos el mío, y sin unas proporciones justas entre tú y yo está destinado a no funcionar.


¿Qué me había pasado? ¿Cómo había podido picar tan fácilmente? No lo sé. Lo más fácil sería pensar que fui una tonta y que a los hombres no hay quien los entienda, en un amago de dar una excusa casi convincente. Puede que estas afirmaciones no sean del todo erróneas pero por querer creer que valgo algo más que eso diré que el corazón tenía razones que la razón no entendía

Ahora, con el ánimo hecho pedazos y la decepción bajo el brazo, veo cómo se aleja otro imposible no sin cierta satisfacción por albergar en mi conciencia la tranquilidad de saber que le brindé el beneficio de la oportunidad. Que sucediera o no ya escapa a mi control pues no está en mi poder determinar en qué medida las circunstancias me son favorables o no. Sólo podemos confiar en que la vida nos envíe algún día aquello que anhelamos y que, cuando aparezca, sepamos reconocerlo. 

18 diciembre 2011

¿Sabes eso de que...


        ... una imagen vale más que mil palabras? 

Mentira. Para mí no es sino una mentira. Vale que puede ser más obvio, más gráfico, más fácil de interpretar. Pero cuando queremos conocer a alguien no miramos sólo una foto sino que leemos su perfil. Palabras. Y vamos más allá y hablamos con él. Porque en el fondo lo que nos dice la imagen no son sino las palabras omitidas. Al igual que al mirar un cuadro leemos el título de la obra y al ver una fotografía leemos el pie de foto. Palabras. Algunas más fáciles de decir que otras, más agradables o dulces que otras pero al fin y al cabo... Palabras. Es todo lo que tenemos para llegar a los demás, para enlazarnos con ellos por sintaxis y convertir cada momento en una oración bien estructurada; con comas, exclamaciones y puntos suspensivos... ¡con lo que quieras! Porque entre tú y yo sabemos que la vida no es una fotografía sino una película con guión original.