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25 abril 2021

La tarea más difícil

Cuarto propósito para el Año Nuevo, 2021.
Rescatar a la persona que quieres incluso de sí mismo. 

Últimamente he tenido bastante tiempo para reflexionar. Eso ha sido porque he estado hablando menos y cuando eso pasa me pongo contemplativa. Creo que todos conocemos la historia del príncipe que rescata a la princesa, la de la princesa que se rescató a sí misma pero, ¿alguien sabe cómo se rescata a quien no quiere ser rescatado? Si los sabes, te animo a aportar algo de luz. Porque aquí está todo muy oscuro a pesar de que el mes de Abril esta siendo muuuy soleado.

Mi sexto sentido de médico mujer con canas me permite detectar señales precoces de que algo no va bien. A veces es tristeza y otras veces, locura. Así de estrafalaria es mi vida. Cuanto más próxima a mí, más estable prefiero que sean las personas de mi entorno. Pero me ha tocado cada bicho raro... Al final, todo es ponerse y la convivencia hace que esos rasgos sean los que marquen definitivamente un vínculo eterno. Hoy me siento a darle vueltas a la cabeza para tratar de encontrar la manera de ayudar a alguien que quiero. Con lo que sé de psicología me basta para admitir que cada uno debe buscarse la vida para resolver su embrollo. Pero también me gusta creer que podemos influir en los demás de manera positiva. Por eso nos tenemos unos a los otros, ¿no? Eso es refuerzo positivísimo. 

Creo que en ocasiones el botón de insight está silenciado y ves cómo esa persona que quieres queda en un limbo que se prolonga en el tiempo. Qué angustia. Como en un laberinto que no tiene salida y en el que te pasas el día dando vueltas por dentro. Atascado. ¿Cómo podríamos generar un cambio ahí? Haría falta una descarga de energía tan potente que hiciera que esa persona saltara por los aires. Está muy bien lo de acompañar en el silencio y todo eso pero realmente por dentro quieres gritar...

 ¡¡Estarás bien!! ¡¡Lo resolverás!! Ahora mismo saldría a pelear por ti, sin dudarlo. Porque yo estoy más convencida que tú de que tienes el potencial para superarlo. Hazlo. Yo estaré a tu lado. Mírame aquí. 
Luego vuelvo a la realidad, le sigo dando vueltas a la cabeza y me acuesto en la cama. Apago la luz y cierro los ojos. Me doy la vuelta aún con la armadura puesta.

02 diciembre 2019

Dolores

Aquella mañana se le hizo tarde para echarse su perfume favorito y luego lo lamentó. Con prisas, recogió lo que había dejado preparado sobre la mesa: unas carpetas llenas de informes médicos. Debía llevárselas todas, no sabía si el médico le pediría alguna esta tarde. Iba a ir directamente al salir del trabajo. Otra vez sin comer.

De pasada se fijó en su aspecto en el espejo de la entrada. Tenía los ojos rojos. Sólo pedía una cosa: que no se notara que había estado llorando anoche, durante largo rato, después de que se marchara P. Encima hoy sus compañeros en el trabajo le volverían a preguntar si iba a traerlo a la cena de navidad de la empresa, porque todos iban con sus parejas. Podía mentir y decirles que él trabajaba a turnos y que esa noche le tocaba o que sólo llevaban saliendo 3 meses, que la cosa iba bien entre ellos pero que querían ir despacio. Total, tampoco tenía tanto que celebrar. 

A la vez se preguntaba si el médico le atendería más tarde. "Esa gente siempre lleva retraso" pensó. Igual tenía algo de suerte y le daba tiempo de sacar un sándwich y un café de la máquina antes de ir al centro de salud.

La verdad es que P. había roto con ella anoche y, además, la había bloqueado así que no podía llamarle. De poder hacerlo, le hubiera pedido que la acompañara a la consulta esta tarde. Algo en su interior le decía que el bulto del cuello no era algo bueno. Llevaba demasiado tiempo doliéndole. Salió del portal a todo correr y ni siquiera se dio cuenta de que había empezado a llover y no llevaba paraguas. Se oyó el chasquido al cerrarse la puerta tras ella. Esta vez no olía a perfume de vainilla. 

28 octubre 2019

De vivos y muertos

Algunos no se olvidan de acudir al cementerio estos días.
Temo las fechas en las que empieza a soplar el viento arrasando a su paso con las últimas notas del verano. Las tardes ya no son tan largas y todos desean volver pronto a sus casas. Es tiempo también de aniversarios y, pronto, de acudir al cementerio. En el Día de Todos los Santos. Oh, sí. Muchos pacientes lo siguen haciendo. Más allá de sus creencias. Más allá del tiempo. El duelo no acaba nunca: parece que siempre hay algo más que pudimos decir, algún conflicto sin resolver, un adiós no dado...

También es el calendario el responsable de esta nube de desánimo que se posa entre tú y yo. Al volver temprano a casa hacemos un viaje mucho más interno: abrazamos las ausencias y la oscuridad de las noches. Es inevitable que, a medida que se acerca el final del año, cada uno vaya poniendo en la balanza las sensaciones de estos meses atrás. ¿Hemos cumplido objetivos? ¿Nos ha ido bien? ¿Estamos donde queremos? ¿Nuestra pareja nos quiere? A algunos tanto insight les ayuda a cerrar otro capítulo. A otros, sólo les sirve para no pegar ojo. 

Y así los años pasan. Total, sólo son un puñado de semanas desarregladas que no saben ni cómo encajar. Si no, no habría años bisiestos. Lo mejor es recordar: que no estamos solos, que los que fueron nunca dejan de ser, que el amor empieza desde dentro y que no solo se recibe sino que se reparte.

Esta semana, si vas al cementerio, recuerda que el vivo eres tú

31 mayo 2019

Conmigo en Londres: 5 lugares poco conocidos

En otra vida podría haberme ganado el pan siendo guía turística. Si hay algo que se me da bien es orientarme con los mapas y, con diferencia, la ciudad que mejor conozco es Londres. 
Es que las calles de Londres las llevo grabadas en mi cabeza, siempre. Una vocecilla suena dentro de mí diciendo "Mind the gap" todo el tiempo. Cada vez que llueve para mí no huele a lluvia, sino que huele a Londres. Me ha parecido interesante, ahora que es verano y la gente empieza a viajar, compartir entre tú y yo 5 lugares poco conocidos de Londres. Y por qué 5 lugares: porque he estado ya 5 veces. Y nunca defrauda y nunca deja de sorprenderme ni de enamorarme.

1) One New Change. Puede que ya no sea tan novedoso pero me sigue sabiendo mal que los turistas paguen la carísima entrada a St. Paul's Cathedral para disfrutar las vistas de la City. Esa visita también está bien pero lleva más tiempo y no permite apreciar la belleza del propio edificio. Si lo que deseas es hacer fotos del skyline sin perder varias horas en ello te viene mucho mejor dar con el One New Change. Se trata de un pequeño centro comercial, bien camuflado frente a la catedral, con algunos restaurantes y cafeterías (incluido un Mark&Spencer bien surtido), tiendas de moda y estupendos baños de libre acceso. Tiene una terraza abierta en el piso superior disponible desde las 6 am hasta la medianoche todos los días. Lo mejor: es gratis. Hasta donde yo sé, sólo se accede a través de un ascensor de cristal que tiene una panorámica preciosa de la catedral.



2) Tate Modern Blavatnik Building Viewing Level. La impactante galería de arte moderno Tate Modern ha estrenado recientemente una nueva terraza en el piso 10 de su edificio anexo desde donde puedes obtener una visión 360º de una buena parte de la City. También es gratis. Se accede por la fachada trasera de la galería, cuenta con varios ascensores (ojo, no todos suben al último piso) y escaleras por si te animas. También tiene su correspondiente cafetería, restaurante y tienda de recuerdos.




3) y 4) Queen's House y National Maritime Museum en Greenwich. No lo sabía pero este precioso edificio blanco y con columnas en el corazón del Parque de Greenwich se construyó originalmente como casa para el uso de varias reinas en 1616 y alberga en su interior el Museo Nacional Marítimo. Ambos edificios pueden visitarse de manera gratuita. Para mí son el mejor plan para el domingo. Queen's House es pequeña, se visita en menos de 1 hora y tiene un laberinto de salas que te hacen viajar en el tiempo y desde cuyas ventanas se puede admirar el parque. El Museo Marítimo por su parte no tiene nada que envidiar a otros museos más populares de la ciudad, sus colecciones de detalles marineros y objetos náuticos son casi infinitas y su mayor tesoro son las pertenencias de Lord Nelson en la última planta de arriba.




5) Canary Wharf. A mí me hace especial gracia porque soy de Canarias y, sin tener nada que ver con el origen del nombre, es mi sitio favorito de toda la ciudad. Se trata de un pequeño distrito al este (zona 2/3) que ha llegado a ser un gran centro de negocios, a un paso del London City Airport y del O2 arena, que se encuentra de camino a Greenwich. Cuenta con una de las estaciones de metro más grandes e increíbles de Londres, una galería comercial subterránea envidiable llena de pasadizos que te llevan de un edificio a otro con tiendas, un Waitrose tremendo y cafeterías de todo tipo. Todo ello en medio de los mismísimos Docklands: una zona salpicada de puentes, algunos de ellos móviles, sobre pequeños canales por donde aún circulan embarcaciones de vela. ¿Tú lo entiendes? Se llega en metro (Canary Wharf, Jubilee Line) o con la vistosa línea de los Docklands, desde Bank o Tower Hill, con vagones automáticos y sin conductor (Heron Quay, Canary Wharf o South Quay, DLR).






Espero que te sea útil. Úsalo bien ;) 
¡Feliz fin de semana!

29 noviembre 2015

Seis meses de Luna de Miel (en Atención Primaria)

Esta semana se han cumplido los 6 meses de rotación en Atención Primaria, la mitad de mi primer año de residencia MIR. Por supuesto, hoy me he despertado con la necesidad imperiosa de contártelo.

Los cachorritos de Medicina Familiar y Comunitaria somos los residentes más afortunados de todos -me arriesgo a asegurar, ya que casi ninguna otra especialidad pasa tanto tiempo en su servicio al principio. Para nosotros es doblemente importante porque, como nos dijeron al principio "no pertenecemos al hospital, sino a la comunidad" y tener esto presente sin conocer primero el que ha de ser nuestro hábitat natural, es difícil. 

Sin haber pisado aún el hospital, puedo decir que la consulta de Atención Primaria es un lugar duro, con alto nivel de rendimiento, donde se trabaja (y nos exigen) muchísimo, con una gran carga asistencial diaria y con escasos periodos de tregua, normalmente sin bajar de los 35-40 pacientes al día. A pesar de esto, también es la consulta más agradable, donde la gente aprende a conocerte y al final se deja coger cariño. Llegas a saber sus historias, a entender mejor los por qués, a sufrir un poquito con ellos y a reír siempre que se pueda. Cuando lo haces bien, los pacientes vuelven a darte las gracias. Cuando lo haces mal, se cambian de cupo y te miran mal desde la sala de espera de la otra consulta. Qué le vamos a hacer, no todo son aciertos.    

La consulta de Primaria es donde he podido formarme mejor, inventando el tiempo para aprender siempre algo nuevo, revisar tratamientos, organizar protocolos y preparar exposiciones. Esto ha sido posible gracias a que el destino quiso poner en mi camino una tutora estupenda y dedicada, responsable y constante. No me quedó otra que devolvérselo de la misma manera, dando todo lo mejor de mí cada día. Por supuesto, ya la echo de menos. Algo parecido ocurre con mi compañera V., mi co-R de centro de salud que ha estado trabajando conmigo codo con codo. Aunque a ella no necesitaré echarla de menos porque se viene conmigo al hospital; ambas sabemos que nos espera un periodo de adaptación. Ya sabes, lo nuevo y desconocido da un poco de angustia al principio. El hospital ahora se nos hace un mundo contando también con que ninguna de las dos es de la isla, así que lo único que conocemos del Hospital Insular es cómo llegar a Urgencias (por las guardias) y desde allí al comedor o al cuarto de descanso. Tampoco ha de ser muy difícil, supongo...

Desde la izquierda, mi coR V. y yo junto a nuestros tutores.

¿Qué he aprendido en estos seis meses? Que el Médico de Familia es médico, a domicilio muchas veces, amigo, consejero, confidente, oyente, cómplice, psicólogo, intermediario, dietista, personal coach, farmacéutico, guía espiritual, lo que el paciente necesite que seamos. "Los pacientes mienten" -me dijeron. En ningún sitio se han oído tantas verdades como entre esas cuatro paredes de nuestra consulta. Hay personas que acuden simplemente buscando una opinión sobre qué hacer respecto a algún asunto. La cuestión es que no hay asignatura que valga para este trabajo. Lo único que tienes como arma para ayudar a los pacientes muchas veces es lo que llevas contigo en la vida, la humanidad y la empatía. 

A mi tutora y a mí los pacientes nos llaman "la pareja tranquila".

Una paciente nos dijo el chisme un día. Eso es porque si tenemos 6 min. por paciente, nosotras les damos ocho y luego finalmente son quince, veinte o los que hagan falta. Hay personas que requieren más tiempo que otros y esto, los demás no lo entienden hasta que están dentro de la consulta. Algunas veces también es porque nos la juega la tecnología y el ordenador se pone como le da la gana. La cuestión es que ninguno se queda sin ser visto, escuchado y atendido. Esto lleva su tiempo y, aunque se desesperen en la sala, al final todos se van agradecidos. 

A los abuelos, que nunca fueron objeto de mi devoción, les he terminado cogiendo cariño. A muchos los llamo de nombre, me dan besos cuando me ven incluso por la calle y se sienten totalmente seguros cuando acuden a Urgencias y me encuentran a mí allí. Yo me siento como su protectora y no es rara la guardia que busque en la lista de pacientes ingresados algún nombre conocido, por si les hiciera falta mi ayuda, consuelo o compañia.


He descubierto que mi punto débil son los pacientes hipocondríacos, bipolares e histriónicos. Para ellos sólo tengo mi mejorada cara de póker. A veces uno tiene que aprender a luchar frente a la transferencia y contra-transferencia para evitar conflictos. Por más que quiera, hay cosas que me cuesta entender y aceptar. Será cuestión de tiempo y de madurarlo.

El verano fue sin duda la mejor época, cuando comenzaron de nuevo las clases en septiembre y la gente volvió de vacaciones el nivel asistencial se intensificó así como las exigencias docentes. A mí me pilló regresando de viaje. Benditas vacaciones, entre Tenerife y Londres, me ayudaron a ponerme las pilas. Al volver no me costó mucho coger ritmo de nuevo y aunque es cierto que hay fines de semana que no puedo mover un músculo, la cuestión es que me gusta mi vida tal y como es. Ahora mismo no cambiaría absolutamente nada. Lo que queda por aprender, la gente que queda por conocer, los pacientes que aún tienen mucho que enseñarme... todo eso, es parte del camino. 

Las guardias en Urgencias serguirán siendo como hasta ahora. Uno ve todos los pacientes que pueda, les alivia el dolor, les pone oxígeno, una dieta adecuada y luego va a buscar al adjunto cuando algún monitor pita más de la cuenta o no tienes ni idea o crees que aquel paciente está para irse a casa. Lo de las 24 horas se lleva medianamente... pfs, buah.. se lleva. A mí en particular siempre me atrajo mucho más trabajar de noche que de día; al igual que viajar. El ritmo nocturno es diferente al diurno por todo: el tipo de pacientes que llega, escuchar la sala de Observación en silencio, con las luces a medio apagar y el sonido de los monitores. Me gusta. Hay veces que he tenido tiempo hasta de estudiar; otras, de echar un sueñecito con la cabeza empotrada en el teclado. Uno va conociendo a los equipos de enfermería (y ellos a ti), a los celadores, aprendes a hacerte autosuficiente y no esperar por el auxiliar, que está ocupado, para que solucione cosas que puedes hacer tú mismo. 
En definitiva las cosas marchan. El tiempo va pasando, a veces a una velocidad pasmosa. Me pongo a pensar en cómo estaba yo al principio del año, viviendo en Madrid, opositora MIR echa un lío y con el estómago trancado en un nudo marinero de los fuertes; luego en mi casa, en Tenerife deseando pasar de página durante unos meses interminables, luego mudándome a Gran Canaria, comenzando a vivir por mi cuenta, empezando de cero una vida nueva en un sitio conocido sólo a medias, comprando mi coche soñado, aprendiendo lo que es ser solvente (y responsable) y ahora... aquí estoy, dando las gracias cada día, por cada paso que di y las decisiones que me trajeron hasta aquí, queriendo echar pequeñas raíces justo donde estoy para que todos sepan a dónde pertenezco. Después de lo malo, lo nefasto y lo buenísimo, todo ello, sólo me queda decir entre tú y yo que, volvería a hacerlo. Una y otra vez, elegiría este camino desde el principio. Estoy agradecida incluso a los obstáculos que me obligaron a rectificar rumbo, orientándome hasta este lugar, me hicieron fuerte y me enseñaron que, lo que había al final de todo, era sólo el principio.
¡Feliz semana a todos, 
muchos ánimos para los opositores MIR 
y abrazos para aquellos que me leen!

14 junio 2015

Cuando tu paciente es peluquera



La paciente peluquera no deja de ser peluquera ni por fuera ni dentro de la consulta. Suele ser la paciente que pide cita el viernes a última hora o justo el día que no te has lavado el pelo. O, como en mi caso, las dos cosas. Motivo de consulta aparte, no tardó en derivar la conversación hacia su territorio: el pelo. Tonta de mí (y de mi tutora) por dejarla hablar. Parece que las peluqueras tienen una doble virtud: la de escanear el pelo de la gente con la mirada y automáticamente dar su opinión sobre el mismo sin que se le haya consultado. A mi tutora como ya la conocía de antes, directamente le había traído unos productos para el pelo reseco. Pero conmigo, como era la primera vez que me veía, se entretuvo un buen rato. 

Me preguntó si me duchaba con agua caliente. Le dije que usaba agua tibia. Me contestó, llevándose las manos a la cabeza con gran dramatismo, que no hiciera semejante abominación porque eso hacía multiplicarse las glándulas sudoríparas y que, claro, así entendía que tuviera el pelo tan graso. "Uf, qué va, qué va". Me miraba como si fuera un caso perdido. Me preguntó si usaba crema para el pelo. Yo le dije que sí; por miedo, más que nada, a que me echara la bronca por no usarla, como ya me había pasado antes. Pero mi estrategia tuvo el efecto contrario, me cayó un sermón por usarla. Me preguntó qué champú estaba usando que me dejaba el pelo así. Pues no sé, champús normales, de estos de frutitas que te dejan el pelo oliendo bien. Dijo que no usara nada de eso, que esos no limpian bien el pelo. Le tuve que decir con una vocecilla: "es que ayer no me lavé el pelo, pero de verdad que cuando me lo lavo se me queda limpio". Si no eres peluquera, entre tú y yo, mi pelo el viernes por la tarde también estaba bien. Su intención era venderme un champú mágico que iba a aliviarme de todos mis males grasientos. Hasta me preguntó dónde vivía para llevármelo (¿está loca señora?). Yo le dije que era un poco pasota. Buá. Con eso la asusté ya; me dijo que de cuello para arriba era toda la belleza de una mujer y que no fuera pasota en ese aspecto. No lamenté disentir con esa última afirmación. Creo que las personas bellas lo son por fuera y por dentro (sobre todo por dentro).
Todavía no sé si me estaba llamando fea, pelo-grasiento, dejada o todo a la vez. A punto estuve de levantarme a mirarme en el espejito que tenemos en la consulta
Como ya estaba llegando a mi límite de aguante (ni qué decir de los 6 minutos de consulta por paciente) le mencioné que mi tía era peluquera y que todo lo que ella me estaba diciendo ya me lo había dicho ella (no le dije que de mucha mejor forma). Buá. Con las mismas me soltó que no era lo mismo, que ella tenía un máster en tricoterapia. Y así derramó (no colmó) el vaso. Consiguió que me pusiera en modo "ajam" y con las mismas, liberé a mi mente de escucharla. Le dediqué a la paciente mi mejor sonrisa mientras dejaba que mi cabeza, con el pelo graso y todo, se evadiera de aquella consulta donde había demasiadas opiniones gratuitas. 

¡Feliz domingo a todos los pelos grasos!

02 abril 2014

El ciclo de congelación de los garbanzos

Desde un principio me planteé hacer la segunda parte de mi preparación para el MIR fuera de casa. Es decir, que al acabar el sexto curso este Julio me mudaré a una de las sedes de la academia Amir, hasta Febrero del año próximo. Razón principal: pues que en las Islas Canarias no hay ninguna sede para hacer al menos una parte de la preparación MIR presencial. Razón secundaria: porque en mi casa no hay quien estudie. Total, que mi madre se ha puesto las pilas y ha empezado a darme clases de cocina vital básica (pelar papas) y próximamente, cocina vital avanzada (freír papas). Esto se basa en que yo pongo mi poker-face y la dejo que hable, igual que cuando veo las e-clases de Amir. Confío en que algo retendrá mi cerebro (confío demasiado en él, ahora que lo pienso). Lo mejor es que, cuando cierro los ojos por la noche e intento dormir, todo vuelve... pasan ante mí los pacientes con manchas extrañas y posiblemente contagiosas que toqué ese día, las vídeo-clases de 5 horas, el esquema de las vasculitis, el TNM del cáncer de pulmón, el algoritmo de la insuficiencia respiratoria y mi madre contándome qué hacer con los garbanzos cuando están congelados y quieres ponerlos en la sopa. Entre tú y yo sabemos muy bien que, cuando no sepa qué hacer con las papas, la llamaré para que me lo cuente todo otra vez. 

29 marzo 2014

Apenas

Es todo lo que me queda para terminar la carrera de Medicina. No quiero aburrirte haciéndote un resumen de lo que han sido mis últimos 7 años. Entre otras cosas, porque entre tú y yo puedes encontrar recortes de buena parte de ellos. Muchas historias que ahora, puede que sean agua pasada, que te haya repetido hasta el cansancio o que no recuerde. Da miedo ver cómo pasa el tiempo. 

No sé si será muy bueno vivir con esta cuenta atrás constantemente en la cabeza, pero el caso es que lo llevo haciendo todo este tiempo. Quién no quiere llegar a ver la luz al final del túnel. 

Perdona que hoy me ponga melancólica, porque en adelante no me lo podré permitir. Vienen momentos de exámenes finales, de fiestas finales y despedidas. Esos momentos merece la pena celebrarlos con la mejor de las sonrisas. Ya no me queda mucho tiempo en esta sala de espera. Que no me iré muy lejos, eso es cierto... seguiré aquí mismo, donde siempre. Pero no de la misma manera. Poder dar por alcanzado un objetivo tan grande, te cambia. Te da confianza. Y te abre el camino hacia otros propósitos aún más grandes. 
Un mes y medio, apenas... 

22 junio 2013

Con el agua hasta el cuello

Estos días, amigos y amigas muy cercanos y queridos míos están estudiando para exámenes finales, muy exigentes y vitales para la conclusión de sus Grados. Soy consciente de que no todos están de vacaciones aún entre tú y yo, y que cada universidad termina cuando le viene en gana. Por esto me gustaría enviarles desde este pequeño rincón, un poco de luz y un abrazo enorme a todos. Ojalá la empatía fuera más práctica y pudiera echar una mano real a la carga que tienen ellos en estos momentos pues así, yo también me he visto -agonizando. Lo que queda es coger el tiempo por el cuello y ¡un último empujón, amigos!

Verano 2012 - Santiago de Compostela (desde la izq: Lily, yo)

21 junio 2013

... . .- .-.. . ...

Estoy por jurar, que el 99'9% de nuestros problemas con otras personas se basa en malinterpretaciones de señales, externas u omitidas.
Constantemente me sobrevienen situaciones en las que tengo que lidiar con el conocido "¿tú qué crees?" o "¿qué te parece?". Ser directo es una habilidad de pocos. Guardar las apariencias está ampliamente aceptado como método para prolongar amistades, relaciones y/o demás interacciones entre simples mortales (humanos, perros). El problema es que a nadie le gusta que jueguen con sus sentimientos y por dentro, en realidad todos pensamos "oye, si tienes algún problema conmigo, prefiero que me lo digas a la cara". No nos gusta tener que adivinar y cazar indirectas es un deporte aburrido. Digamos -por decir, que de todos los casos posibles, la mitad prefiere archivar, olvidar y seguir; la otra mitad no tiene esta capacidad y se enfrentará a la situación o de lo contrario, moriría de angustia antes de tener que seguir tragando guardando. Quién te parece que resolverá antes su conflicto. No está claro. Lo mejor es ser pragmáticos y actuar acorde a las señales.

Pero maldit... Nadie lleva escrito en la frente cómo se siente y confiamos en lo que creemos que sabemos e intuimos sobre esa persona para dirigir nuestra táctica. Entre parejas, las señales se convierten en un lenguaje secreto. Te dicen qué, te dicen cómo, te dicen cuándo. Te dicen tanto. Y es muy bonito pensar que cuanto más conoces a una persona, más fácilmente llegas a aprender su idioma. La catástrofe empieza cuando la A (de amor) que dices, se convierte en la B (de berenjena) que él entiende. 

Por esto mismo, me jacto de ser pro-directa y libro abierto. En ambos sentidos leo en los demás y me gusta que los demás vean en mí, lo que cada situación me hace sentir. Así he acabado siendo un torbellino de emociones, las tuyas y las mías, juntas recorriendo las vías sensoriales que me arrastran a la locura. Si tienes que decir algo, sólo dilo; pero no dejes que las señales te engañen si aún necesitas libro de instrucciones para saber cómo funciono.    

TÍTULO DEL POST: "Señales" escrito en código Morse. 
Encuentra abreviaturas, signos, traductor y más aquí. 

12 diciembre 2012

¿Suerte o Destino?

Una pregunta con la que entretenerse. Yo llevo ya un rato dándole vueltas como si fuera una bola de nieve, de estas que se van haciendo cada vez más grande y, si te descuidas, te lleva por delante. Si me preguntaras, lo primero que te diría sería que "no sé qué decir". Pero como todo aquí entre tú y yo, da para algo más que eso. Sí, yo creo en el destino. Pero por muchas de las cosas que me han ocurrido; ellas me han llevado a pensar así, a vislumbrar el fino trazo de ese plan. Como me ocurre en otras tantas veces, no puedo explicártelo. Es cuestión de querer creer. Lo que tengo claro es que no me trago que el azar sea tan quisquilloso ni tan malévolamente calculador. Confabular con el Mundo para que encajen las piezas que dibujan nuestra realidad, no es cosa de la suerte. Tampoco es mi intención traer el karma a colación puesto que ese tema se me escapa ya de las manos (salvo cuando está claramente en contra mío). Dulce subjetividad.
Tienes que preguntarte si, cuando te ocurre algo bueno, eres de los que ven algo más allá de la suerte -una señal; o al contrario, un feliz giro del azar. Escojas la postura que sea, el margen de error será el mismo porque, como dice mi hermana E. "no es como la ciencia, que es verdad y punto". Aquí la única verdad es que se juega con nosotros como si fuéramos dados. Lo que vea cada uno será aquello que quiera creer. Pero puestos a observar, ¿por qué no enfocar a lo que puede haber más allá? Porque puede no haber nada; vale... Pero cómo negar la evidencia, cómo no ver encajar esos sucesos que se precipitan y se enlazan y forman un sutil entramado. Somos dueños de nuestras vidas -queremos creer. Pero yo opino que creer en el destino no es despersonalizar nuestra capacidad de tomar nuestras elecciones, sino dar sentido a las mismas. Amargo escepticismo. 
 

06 diciembre 2012

Con otros ojos

 
A veces me gustaría mirar directamente en las personas con otras lentes y a través de ellos averiguar, qué se esconde en las profundidades de su retina. Ver lo que hay en su fondo y más allá, por detrás de la vía óptica. Acomodarme en sus dioptrías y hacer acrobacias con sus ejes. Pero no ha de encontrarse todo esto tras una lente sesgada. Sólo es para aquellos capaces de enfocar correctamente sin fatiga. Y es tan fácil perder el punto focal que al final dudamos de si lo que conocemos es real o virtual. Más de una vez me gustaría mirar en los ojos de los demás y saber qué hay allí. Pero es inútil porque no se ve con los ojos y una mirada entre tú y yo no basta para conocerte. 

20 noviembre 2012

Dando rienda suelta

       Hace tiempo que decidí dar rienda suelta a mi espontaneidad. 
No a toda claro, porque creo que el mundo aún no está preparado para ver eso. Pero sí a una discreta cantidad de ella que ha sintonizado mis días en Technicolor y les ha pintado una sonrisa. Todo es más divertido, más alegre y los problemas menos pesados. Decir lo primero que se te ocurre tiene sus cosas buenas y malas. Otra persona que también se ha dejado un poco de melena al aire es mi mejor amiga Z. El resultado conjunto entre las dos es una sinergia positiva del buen rollo y la verdad es que nos reímos muchísimo. Llámalo risoterapia, amigoterapia o como quieras. Mi consejo es que lo pruebes. A veces sólo vas y la cagas. Pero cagarla es parte de la vida. Al menos de la mía.   


15 octubre 2012

Las dos caras de la Medicina

Sí, tiene dos caras. O más bien, cara y espalda. 
Para los profanos de la vida médica, esto que ven aquí arriba es una sesión clínica, donde empieza cada día, sujeto a la variabilidad de cada departamento, la actividad de los médicos. Los casi-médicos estudiantes también tenemos que asistir aunque hay muchos que optan por pasárselo por el forro no ir. A mí me parecen muy interesantes porque te muestra mucho más de cerca un sinfín de detalles, imperceptibles durante el resto de la jornada. Por ejemplo, te das cuenta de quién lleva la voz cantante y quién le apoya, quién es la oveja negra del servicio, qué pacientes nuevos han venido, quienes se marchan y quienes tienen un síndrome raro que no sale en Wikipedia. Deliciosa rutina para un clínico. Pero no es grande la contribución del alumnado en estas sesiones puesto que nos han programado para permanecer en la última fila, detrás de todos los médicos. Ver, escuchar y aprender es todo lo que podemos hacer, cruzando los dedos entre tú y yo para poder obtener de ello el máximo provecho. Pronto llegará el día en que me sitúe al otro lado y pueda enfrentar cara a cara los debacles diarios. Formaré parte activa ¡y tan activa! en la sólida cadena de la Salud y estos pensamientos me traen grandes esperanzas para mí y mis amigos. Al fin y al cabo, ¿qué prisa hay por ser carne de cañón?

14 octubre 2012

Hablando al mar

Dime tú, pequeña caracola, si no es el mar digno vacío para tus pensamientos. Di si no es verdad, que las mareas van y vienen dibujando una fina estela de espuma a su paso, rompiendo con fuerza en tus incorruptibles escollos como si quisieran erosionar, y erosionando, las barreras indomables de tu mente. Háblame pequeña caracola, sobre las sirenas de las profundidades y los tesoros que surcaron los océanos contigo y allí para siempre quedaron, encubiertos. Hay tanta riqueza en el calado de tu ingenio y sin embargo, lejos queda de la visión del marino inexperto. Conocer los confines del mar puede llevar mucho tiempo. Puedes viajar toda una vida y aún así sentirte grumete. Sólo los más audaces se acercan a conocer las idiosincracias de tus pleamares. Navegan con viento de popa y llegan, hasta los confines del mundo por penetrar las abruptas costas de tu persona. Nadie se lleva la gloria de fondear en aguas mansas, ni de alcanzar tu playa coralina. Di si no es verdad, pequeña caracola, que quienes se adentran en el mar viven amándolo, que luchan contra viento y marea por no encallar estando en aguas inquietas y que indudablemente ello les conduce a la tierra firme que tú abres ante ellos. Tú has de saber, caracola mía... pues tú llevas contigo el eco de todo ello. A través de ti habla el mar en primera persona, deja la huella de sus historias en la arena y traduce el rugir de las olas en una lengua viva aún en las orillas de tu existencia. No me aventuro a querer abarcar tus oscuros misterios con mi humilde balandra. Basta con que quiera adentrarme un poco, lo suficiente para sentir que me muevo, y que navego. Quiero oír la espuma de las olas al pasar, saborear el salitre en alta mar, mi meta es salvar las mil leguas que hay entre tú y yo. Enséñame pequeña caracola, a esuchar el Mar por favor.

28 julio 2012

Casi despierta

Siempre me pasa...

Los fines de semana casi siempre hago planes por separado entre mis padres y yo. Si ellos salen yo me quedo, y al revés. De modo que, si elijo quedarme, cuando me despierto los sábados o los domingos, aún en fuera de juego y antes de que alcance mi taza de café, mis padres y mis hermanas ya están preparados para marcharse. Entonces se me acercan y me sueltan la retahíla de cosas que tengo que hacer como poner la lavadora, preparar algo para el almuerzo, llamar a alguien... Claro que mi cerebro aún está en fase REM. Para cuando han terminado, el café está casi frío pero he conseguido abrir un ojo. Mi familia no capta la idea de que a algunas personas les cuesta más que a otras despertarse. Mi padre es el primero en levantarse y cuando aún estoy en la cama, ya oigo la música de George Michael sonando en el salón. Cuando enfoco el pasillo, él ya está vestido y preparado para salir. Al llegar al baño, alguna de mis hermanas lo tiene requisado para su sesión de "peina y maquilla" y para cuando me arrastro hasta la cocina mi madre aparece precediendo a una nube de perfume o laca. Así no hay quien viva...   

22 julio 2012

El Síndrome "Lo quiero"

Esto es lo que tengo yo.  Me lo acabo de auto-diagnosticar. 
El Síndrome "Lo quiero", el ardiente enamoramiento platónico, el sí porque sí, el deseo por lo que no se tiene, querer lo que no se desea, desear algo sin quererlo. Son múltiples las maneras de llamar a un mismo fenómeno. Sin causa diagnosticable o preliminares ponderables. Sólo ese agrio sabor que precede a la consecución del deseo. Irresistible. 

El por qué tendrás que imaginartelo; no te lo sé decir. Lo que me parece sorprendente es cómo mi mente juega conmigo y me hace desear salir cuando estoy en casa, y quedarme en casa cuando estoy fuera; el pelo corto cuando lo tengo largo, y el largo cuando lo llevo corto; el frío cuando hace calor, y poder ir a la playa en invierno. Cómo llamar a tal discrepancia entre mi psique y yo si no. Sería algo más sencillo si al conseguir aquello otro que no tenemos, nos sintiéramos realizados con ello; pero no te engañes, pues conseguirlo sólo te hará desear lo contrario. Sin más, acabas en un bucle de querer y des-querer peligroso. Al final puede que termines sin saber qué quieres de verdad. Conocerse a uno mismo es un rollazo...   
 

12 julio 2012

Besando marionetas

Útimamente se ha superdesarrollado mi capacidad onírica. Supongo que la ausencia del condicionante negativo del estrés por los exámenes y el hecho de disponder de más horas de sueño han sido determinantes. El caso es que curiosamente mis sueños se han aclarado, por llamarlo de alguna manera. Qué decir si no, de mis sueños acerca de personas que conozco  (con nombres y todo) o de hechos concretos de mi situación actual o de revelaciones de sentimientos que no sabía que tenía o retratos exactos de lugares de mi pasado. Aún así hay espacio para el disparate. No es por echarme rosas, pero creo que mis sueños son una pasada. La otra noche vi aterrizar aviones en la estación de guaguas (bus), hice la compra en un supermercado donde sólo había pizzas de 2 metros y tuve una cita con una marioneta. Qué quieres que te diga, así es un lujo irse a dormir. Y, entre tú y yo, lo mío nunca fue besar ranas, a mí no me va lo normal.   

¡¿Hay un psicoanalista en la sala!? 


10 julio 2012

La vuelta al Mundo

Hay aspectos serios y no serios en nuestra personalidad. 
O unas cosas que cambian y otras que no lo hacen. 
Hay quien es cabezota y con el tiempo se doblega (o lo adiestran), a otros nunca le gustó la música clásica. Hay quien nació soltero y vivió feliz junto a nadie comiéndose todas las perdices; y hay a quien le va el deporte de riesgo (y por eso se casa). No podemos evitar que el Mundo cambie y que nosotros también lo hagamos. Sin embargo nos reconocemos a lo largo del tiempo dentro del mismo cuerpo que nunca es el mismo, por querer creer que nuestra persona una vez forjada (durante la adolescencia, o más tarde en el caso de los hombres) se mantiene igual para siempre. No. Todo el mundo cambia. Aunque hay cosas que nunca cambian. ¿Tú lo entiendes? Yo tampoco. 

El otro día mi hermana estaba hojeando un libro: "Los 501 lugares que no puedes dejar de visitar". Yo, como toda buena estudiante de Medicina -competitiva sin límites; la reté a que me hiciera preguntas a medida que fuera pasando las páginas. Lo que empezó como una idea boba pasó a ser una idea divertidísima. Mi hermana se motivaba buscando preguntas de los 5 continentes y algún que otro océano y yo, me machacaba los sesos buscando entre la papilla el lugar donde había dejado todo mi conocimiento previo a la Medicina. Nunca hay que escatimar en culturilla. Poder seguir aprendiendo más cada día es uno de los mejores regalos que nos da la Vida. Nombres de capitales, reyes o castillos, cuál es el edificio más alto del mundo, los lagos más grandes de Estados Unidos, por dónde se extiende la Gran Muralla China, cómo es la bandera de Nueva Zelanda, por qué es famoso el Mar Muerto, el idioma oficial en Túnez... dos palabritas mágicas y a Deb se le activa el botón secreto de los sueños. Y entonces recuerdo que me encantan los viajes porque son experiencias apasionantes y que, si pudiera dar la vuelta al Mundo, no me lo pensaría dos veces. Supongo que los sueños entre tú y yo siempre nos acompañan ajenos al resto de cosas de nuestra vida, impertérritos, atemporales. Ahí están, hasta el día en que te atrevas a perseguirlos y convertirlos en tu realidad. 

Las dos palabras mágicas son ¡Buen Viaje!       

¡Achús!

 



 
 
Te preguntarás qué clase de pesona tonta pilla un resfriado en pleno verano. Pues yo. Y ya llevo cinco días con pastillas. Cuidado, que no vuelen gérmenes entre tú y yo, no quiero convertirme en el nuevo origen de alguna cepa mutante.