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25 abril 2021

La tarea más difícil

Cuarto propósito para el Año Nuevo, 2021.
Rescatar a la persona que quieres incluso de sí mismo. 

Últimamente he tenido bastante tiempo para reflexionar. Eso ha sido porque he estado hablando menos y cuando eso pasa me pongo contemplativa. Creo que todos conocemos la historia del príncipe que rescata a la princesa, la de la princesa que se rescató a sí misma pero, ¿alguien sabe cómo se rescata a quien no quiere ser rescatado? Si los sabes, te animo a aportar algo de luz. Porque aquí está todo muy oscuro a pesar de que el mes de Abril esta siendo muuuy soleado.

Mi sexto sentido de médico mujer con canas me permite detectar señales precoces de que algo no va bien. A veces es tristeza y otras veces, locura. Así de estrafalaria es mi vida. Cuanto más próxima a mí, más estable prefiero que sean las personas de mi entorno. Pero me ha tocado cada bicho raro... Al final, todo es ponerse y la convivencia hace que esos rasgos sean los que marquen definitivamente un vínculo eterno. Hoy me siento a darle vueltas a la cabeza para tratar de encontrar la manera de ayudar a alguien que quiero. Con lo que sé de psicología me basta para admitir que cada uno debe buscarse la vida para resolver su embrollo. Pero también me gusta creer que podemos influir en los demás de manera positiva. Por eso nos tenemos unos a los otros, ¿no? Eso es refuerzo positivísimo. 

Creo que en ocasiones el botón de insight está silenciado y ves cómo esa persona que quieres queda en un limbo que se prolonga en el tiempo. Qué angustia. Como en un laberinto que no tiene salida y en el que te pasas el día dando vueltas por dentro. Atascado. ¿Cómo podríamos generar un cambio ahí? Haría falta una descarga de energía tan potente que hiciera que esa persona saltara por los aires. Está muy bien lo de acompañar en el silencio y todo eso pero realmente por dentro quieres gritar...

 ¡¡Estarás bien!! ¡¡Lo resolverás!! Ahora mismo saldría a pelear por ti, sin dudarlo. Porque yo estoy más convencida que tú de que tienes el potencial para superarlo. Hazlo. Yo estaré a tu lado. Mírame aquí. 
Luego vuelvo a la realidad, le sigo dando vueltas a la cabeza y me acuesto en la cama. Apago la luz y cierro los ojos. Me doy la vuelta aún con la armadura puesta.

21 marzo 2021

Secretos bien guardados

Muchos cambios. Estamos en un momento de máxima creatividad. Ahora que pasamos más tiempo dentro de casa se hace inevitable mirar las 4 paredes que nos contienen. A mí personalmente me encanta la decoración, disfruto mucho con los detalles. Unas flores aquí, una cortina más grande, una vela de vainilla. No solo me entretiene sino que me da paz mental y espiritual. Con algunos cambios la casa se siente más despejada y se nota porque hasta el aire fluye de manera más fácil. 

No solo yo ando haciendo cambios, mis padres también se han apuntado a las reformas. Ahora mismo están en medio de la renovación de la cocina. Ya era hora después de casi 35 años. Y ahí fue nuestro último descubrimiento. Resulta que al quitar los viejos azulejos de la cocina encontraron este grabado tan artístico en el cemento.

Quién sería. Por qué lo haría. En qué momento decidiría quien fuera poner el 💘 ahí durante la construcción del edificio. Lo grabaría para sí o con la finalidad de que alguien lo encontrara, como nosotros ahora. Tantas dudas por resolver que quedarán entre tú y yo, en el misterio.

Me gusta esta imagen. Porque por sí sola cuenta una historia. Una cosa te digo: para mí esto demuestra que el Amor puede estar en cualquier parte. Donde menos te lo esperas. 


¡Feliz y romántica semana!

15 diciembre 2020

Entre amigas

Aunque Olivia tenía 2 hermanas prefería contarle todo a su mejor amiga. 
Y ese mensaje que su novio le había escrito tenía que enseñárselo sin falta.
Así las encontré a ambas al llegar al centro: sentadas en el bordillo de la acera, muy juntas. Estaban mirando el móvil cuando me bajé del coche. Tuve que poner orden a todo el jaleo de bolsas que llevaba en el maletero y en aquel momento pude escuchar lo que compartían. 

- Mira lo que me pone… - decía Olivia.
- A ver - su amiga ponía toda su atención, arrimándose un poco más.
- Dice “nena, estábamos bien juntos pero ahora me siento un poco agobiado con todo esto” y pone “es mejor que no nos veamos más, pa darnos un tiempo” y “tengo que pensar”. ¿¡Cómo te quedas!? Yo flipo... en serio.
- Eso es una chorrada, ¿un tiempo para qué? Seguro que está con otra.
- Qué dices. - Olivia no quería creerlo.
- Cuando se ponen así es que está con otra.
- No lo veo. Está así desde que lo echaron del trabajo, lleva un tiempo más raro… pero todas las parejas tienen fases, tía. - Olivia negaba en rotundo.
- Ya, pero lo que no se encuentra en casa se busca fuera.
- A ver yo lo reconozco, que también tengo lo mío: todo el día trabajando en el centro, cuando llego a casa estoy reventada y encima tengo que cuidar del niño que tiene 5 años y no para… cuando llego al sillón, lo único que quiero es tomarme el tranquilizante y acostarme a dormir. - suspiraba en profundo, como de alivio.
- Tía, destrábate. No es culpa tuya, el que se lo pierde es él.
- Tú qué dices: ¿Lo llamo? - Olivia buscaba a la desesperada alguna idea.
- No.
- ¿Le mando un audio? - estaba desesperada.
- No, déjalo así… Si está con otra, que le aproveche. Si no, deja de agobiarlo y que se lo piense bien. Tú vales mil, ese no estaba pa ti.
- ¿Pero qué le pongo? - muy desesperada.
- Trae para acá…
- Ay, gracias tía.

Cerré el maletero, cargada de bolsas, y di al botoncito del mando que cerraba el coche mientras caminaba por la acera camino de la puerta del Centro de Salud. La verdad es que me quedé pensando después en qué respuesta se le habría ocurrido a aquella amiga para el que, intuyo, ya era otro desdichado ex-novio más. 

Con todo, me gustó pensar que, a pesar de todo lo que ha agitado este año 2020, el Mundo sigue siendo el Mundo gracias al corazón, que lo hace girar siempre. El que da Amor lo recibe de vuelta. Aunque no siempre de la misma persona. 


¡Feliz semana!

27 abril 2020

Los besos que el Coronavirus nos robó

Maldito. Maldito. Maldito. Coronavirus.
Pasa entre tú y yo como un tornado, desorganizándolo todo.
Los días se hacen largos, larguísimos, eternos, esperando el momento en que podamos volver a la "normalidad" aunque realmente lo normal es que queramos volver. A esos lugares, esos momentos, esas personas. Y nos ocupamos en oír las historias de la gente porque es mejor que escuchar nuestro propio retumbar. Ese sonido que se nos ha quedado pegado, como hueco.

En estos días en los que "cariño", "mi niña", "churri" o "mi amor" están en lista de espera nos vale cualquier migaja de amor. Ahora nos tratamos con los genéricos, es decir las vídeo-llamadas. Gracias a ellas suspiramos, de alivio, al conectar con los que están lejos. Pero están. Y volverán. Todos los besos tienen dueño: los que se han dado y hasta los posibles... Como todo ese amor que se nos ha quedado en la cola de impresión al acabarse la tinta.  

Esto nos ha pasado por encima y nos ha quitado nuestra esencia. Nos ha quitado. Y eso es motivo suficiente para seguir declarándole la guerra cada día. Por eso aún saboreo el primer beso que me dio mi novio, aunque lo tenga cerca, y el último que le di a mi madre, que la tengo a una isla de distancia. 

Nos llamamos en silencio, nos queremos por teléfono, nos besamos en sueños.

Hoy, un minuto de palabras por todos esos besos que el Coronavirus nos robó.

09 diciembre 2019

Melania


(Carita verde)
- Gracias por su valoración, señor.
(Carita roja)
- Qué quieres, yo estaba antes que esa otra mujer y encima no me has conseguido lo que venía buscando. Me llevo esto por llevarme algo.
- Disculpe las molestias, señora.
Melania trabaja, otro año más, en la campaña navideña de unos reconocidos grandes almacenes. Se pasa el día atendiendo a personas que, al pagar en caja, evalúan la calidad de su atención. Es decir, la evalúan a ella. "Es anónimo", le dijeron. Ya. Como si ella no viera desde su posición, al otro lado del mostrador, el color de la carita que marcan sus clientes. 
(Carita verde)
Por mucho que se esfuerce parece que nadie lo ve. Y eso que a veces debe atender requerimientos épicos como el del otro día: sacó a una clienta que se había quedado encerrada accidentalmente en el baño con ayuda de unas tijeras. A otro le había conseguido el último par de guantes de color lila que quedaba en todo el departamento. Ese sí le había puesto carita feliz. 
(Carita naranja
Hoy habían venido 4 buscando ponchos. ¡Ponchos! Una señora buscaba un abanico para una boda el próximo verano. ¿Para el verano? ¿En serio? Le han pedido algún sombrero, boinas, alguna estola y ¡bufandas! eso era lo que más vendía. Nadie era testigo de cómo cada día luchaba heroicamente contra su rinitis alérgica removiendo tejidos de aquí para allá. ¡¡Achús!!
(Carita verde)
Aún así, no le importaba trabajar en ese departamento. Mejor ahí que en la sección de Navidad cargando árboles o en la de juguetes, por supuesto, eso es la guerra. Además, gracias a esta ubicación ya había elegido su regalo estrella para Alba, su pareja, que es enfermera de Pediatría. Con lo divina que es, había decidido que este año le caería un pañuelo de seda. De los que le gustan. Lo había comprado en su propio departamento el día que llegó del almacén: lo envolvió con delicadeza en papel crepé naranja, que era su color favorito, y lo metió en una caja dorada extremadamente fabulosa, que ahora estaba debajo de su árbol de Navidad. Ese era el regalo que tenía preparado para el gran bombazo: resulta que después de 3 años juntas, estaba decidida a proponerle a Alba que fueran mamás. Con lo que le gustan los niños. Y si le decía que sí serían sus mejores Navidades. No sabía qué había que hacer ni cómo era el procedimiento pero todo en ella le decía que era el momento. Si le decía que sí sería increíble. Sería mejor que una de esas caritas verdes.

06 diciembre 2019

Salvador

Antes de acabar el año, y para llevar la contraria al mundo, Salva acababa de apuntarse en un curso de yoga para principiantes muy cerca de su casa. 
Básicamente porque temía que, si esperaba al Año Nuevo, el yoga fuera otro de esos objetivos vacíos en listas llenas de propósitos que al final quedan en nada. Su mayor preocupación era que alguien lo reconociera o que coincidiera en su clase con algún vecino que tuviera la lengua demasiado ligera. Total, el yoga era para mujeres. Y él de mujeres no quería saber nada. Bastante tuvo con el divorcio en 2015. "Un acuerdo redondo", lo calificó su abogado. Y eso que no pudo quedarse ni con el perro. Sus amigos, los pocos que se quedaron a su lado, sintieron lástima y envidia hacia él a la vez: "te ha desgraciado", "vas a ver que de esta se sale", "soltero otra vez, va a ser la mejor época de tu vida", "si yo fuera tú...". Por supuesto él se encargó de celebrarlo, cuando todo estuvo firmado, sin armar mucho escándalo: emborrachándose dignamente un par de veces (por semana) sin acabar vomitando ni detenido. Después, vino aquella época en que lo único que quería era estar en el sillón. Tirado, como un vagabundo, con el mismo pijama, con barba y olor a humanidad, comiendo lo que su santa Madre le llevaba cada semana. 

Ahora había decidido que todo eso pertenecía al pasado. Al igual que esa blusa que su mujer se había dejado olvidada en el fondo del armario. Ex-mujer. Este año que se iba agotando cerraba, por fin, el capítulo de Laura partes 1 y 2 (y 3, y 4). Cuatro años de post-guerra. Pero había sacado la bandera blanca y la estaba ondeando en lo alto.

No sé si fue que el frío le envió más sangre al cerebro o que se acercaba la Navidad lo que le llevó a dar el paso. Lo que importa es que hoy se siente satisfecho con su decisión de haberse apuntado a esta clase de yoga de los martes y sábados. Por qué no. Vio el anuncio en el tablón de corcho que hay en la entrada de su edificio, al lado de la lista de morosos, y algo captó su atención. Por probar algo diferente. "Equilibra tu cuerpo y tu mente, hazlos más fuertes y más flexibles en Yoga. Confía en ti mismo y además ten más diversión en tu vida". Allá vamos. 

Era sábado, su primera clase. Llegó puntual, cruzó la puerta grande al mismo tiempo que un grupillo numeroso. Se descalzó y colocó los zapatos en la estantería blanca que hay a la derecha. Cogió una de las colchonetas negras y buscó algunos metros de suelo libres donde poder extenderla. Varias personas que se marchaban estaban aún despidiéndose de John, el monitor. Él permaneció en el sitio, imitó al resto de la clase y se sentó con las piernas cruzadas, una encima de la otra, expectante. Miró al frente y allí estaba: la presidenta de su comunidad de vecinos, Ana. La divorciada, guapa y graciosa, Ana. La que todo el edificio había elegido por mayoría absoluta como presidenta porque era la más inteligente y encima médico, Ana. Él no valía ni una caja de chicles al lado de ella. Mierda, le había reconocido.
Claro, cómo no, si viven en el mismo edificio. La verdad es que él también la había elegido. Porque, de todo el bloque, era la única que sonreía cada vez que se la cruzaba. Y eso le gustaba, le daba tranquilidad. Ella le estaba sonriendo también, desde su colchoneta, como señal de reconocimiento. 
Bueno, parece que esto del yoga puede resultar interesante...

03 diciembre 2019

Madre e hija

Claudia Tremblay Studio

Paula, 11
Su madre la acercó con el coche hasta el paso de peatones que hay frente al instituto, como de costumbre. Eran las 8 en punto y un grupo grande de jóvenes de su edad cruzaba en ese momento hacia la entrada. Hoy tocaba examen de Biología. Paula se bajó del coche con la mirada perdida y se despidió. Cerró la puerta y esperó en la acera hasta que su madre arrancó el motor y se marchó. Cuando ya no veía su coche aprovechó para quitarse rápidamente las gafas y guardarlas en el bolsillo de la chaqueta. Estúpidas gafas. Prefería ver a medias y tropezarse con las mesas de clase antes de que la llamaran "gafotas" otra vez y tuviera que irse al baño a llorar. Sobre todo delante de aquel chico que la semana pasada había pasado por su lado, casi rozándola, al entrar a la clase de Matemáticas.

Pino, 42
Su hija iba callada esa mañana en el coche, como de costumbre. Estos adolescentes. No puede saber uno lo que están pensando en esas cabecitas. La dejó en el paso de peatones y Paula se despidió con el gruñido típico. Ella se lamentaba por no poder pasar más tiempo con su hija pero nadie sabía lo que era ser madre soltera. Debía trabajar mucho para conservar sus 3 trabajos y poder afrontar así el pago del alquiler, los gastos del mes y el coche. Todo esto pensaba mientras arrancaba, dejando a su hija en la acera en la puerta del instituto. Ah, y a ver si pedía cita al médico para que le mandara algo para dormir porque llevaba una semana sin poder pegar ojo y tenía dolores por todas partes. Eso sí, de lo que estaba realmente orgullosa era de una sola cosa: de haber podido comprar a plazos unas gafas buenas de vista a su hija. A ver si así, y ojalá salía estudiosa la niña, podía llegar a algo en la vida. No como ella. Igual ahora no lo sabía apreciar, pero algún día vería cuánto la quería su madre.

Quedaban 2 semanas para Navidad: esas gafas eran su regalo, adelantado.

02 diciembre 2019

Dolores

Aquella mañana se le hizo tarde para echarse su perfume favorito y luego lo lamentó. Con prisas, recogió lo que había dejado preparado sobre la mesa: unas carpetas llenas de informes médicos. Debía llevárselas todas, no sabía si el médico le pediría alguna esta tarde. Iba a ir directamente al salir del trabajo. Otra vez sin comer.

De pasada se fijó en su aspecto en el espejo de la entrada. Tenía los ojos rojos. Sólo pedía una cosa: que no se notara que había estado llorando anoche, durante largo rato, después de que se marchara P. Encima hoy sus compañeros en el trabajo le volverían a preguntar si iba a traerlo a la cena de navidad de la empresa, porque todos iban con sus parejas. Podía mentir y decirles que él trabajaba a turnos y que esa noche le tocaba o que sólo llevaban saliendo 3 meses, que la cosa iba bien entre ellos pero que querían ir despacio. Total, tampoco tenía tanto que celebrar. 

A la vez se preguntaba si el médico le atendería más tarde. "Esa gente siempre lleva retraso" pensó. Igual tenía algo de suerte y le daba tiempo de sacar un sándwich y un café de la máquina antes de ir al centro de salud.

La verdad es que P. había roto con ella anoche y, además, la había bloqueado así que no podía llamarle. De poder hacerlo, le hubiera pedido que la acompañara a la consulta esta tarde. Algo en su interior le decía que el bulto del cuello no era algo bueno. Llevaba demasiado tiempo doliéndole. Salió del portal a todo correr y ni siquiera se dio cuenta de que había empezado a llover y no llevaba paraguas. Se oyó el chasquido al cerrarse la puerta tras ella. Esta vez no olía a perfume de vainilla. 

01 diciembre 2019

Hay una estrella╰☆╮

De tantos años escribiendo, tengo muy poco acerca de la Navidad... Anteriormente porque la pasaba estudiando. Luego, de residente, trabajando y ahora, disfrutando.
Lo importante es que ya estamos en el mes de lo bueno: buenos recuerdos, buenos jamones, buenos regalos. Este mes es la guinda del pastel. Tanto si lo hemos hecho bien, mal o regular, como si no lo hicimos. La moraleja es que al final vuelves a tener una nueva oportunidad para... ¡lo que quieras!.

Es una época muy especial en la que nos podemos envolver con papel de regalo y abrazos durante tooodo el día, todos los días, sin dar más explicación. ¡Es Navidad! 

La gente alrededor tiene esa sonrisita floja y, a la mínima, se oyen risas. Nos permitimos sobrepasar los límites del ridículo con esas diademas de reno, los gorros con lentejuelas o colgando por la ventana algún discreto muñeco con luces que se ven a 10 Km de distancia. Te reencuentras con amigos y familia que hacía tiempo que no veías esperando más de uno que a tal fulano se le haya olvidado que le debes dinero de la última vez. Hay muchas más reuniones: cambiamos el café por el chocolate caliente o los zapatos de trabajo por los tacones de fiesta. Y sienta de maravilla. Así que olvídate del coche y aparca las malas vibraciones. 
Siente el viruje (frío polar), busca buena compañía y sal a la calle: está llena de luces. Para todos hay algo de luz entre tú y yo, aun entre las sombrasYo, al menos, sí creo que hay una estrella con mi nombre escrito por ahí. 
PD: Sin duda esto es lo más positivo que he escrito nunca pero, ¡es Navidad! 

28 octubre 2019

De vivos y muertos

Algunos no se olvidan de acudir al cementerio estos días.
Temo las fechas en las que empieza a soplar el viento arrasando a su paso con las últimas notas del verano. Las tardes ya no son tan largas y todos desean volver pronto a sus casas. Es tiempo también de aniversarios y, pronto, de acudir al cementerio. En el Día de Todos los Santos. Oh, sí. Muchos pacientes lo siguen haciendo. Más allá de sus creencias. Más allá del tiempo. El duelo no acaba nunca: parece que siempre hay algo más que pudimos decir, algún conflicto sin resolver, un adiós no dado...

También es el calendario el responsable de esta nube de desánimo que se posa entre tú y yo. Al volver temprano a casa hacemos un viaje mucho más interno: abrazamos las ausencias y la oscuridad de las noches. Es inevitable que, a medida que se acerca el final del año, cada uno vaya poniendo en la balanza las sensaciones de estos meses atrás. ¿Hemos cumplido objetivos? ¿Nos ha ido bien? ¿Estamos donde queremos? ¿Nuestra pareja nos quiere? A algunos tanto insight les ayuda a cerrar otro capítulo. A otros, sólo les sirve para no pegar ojo. 

Y así los años pasan. Total, sólo son un puñado de semanas desarregladas que no saben ni cómo encajar. Si no, no habría años bisiestos. Lo mejor es recordar: que no estamos solos, que los que fueron nunca dejan de ser, que el amor empieza desde dentro y que no solo se recibe sino que se reparte.

Esta semana, si vas al cementerio, recuerda que el vivo eres tú

10 enero 2016

A propósitos

Desde la izqda. mis hermanas V., E. y yo. 

¡¡Feliz año nuevo 2016!! 

Espero que las fiestas que acaban de pasar no te hayan dejado secuelas, aunque todos tenemos alguna deudilla, algún kilo y algunas caries de más. Con todo, seguro que ya te has puesto manos a la obra para subsanarlo. Yo por mi parte ya he cumplido con mi visita al dentista, tengo mis asuntos financieros en orden y lo de los kilos... estoy trabajando en ello. Pronto. Ya encontraré el hueco. Prometido.
Hoy, primer fin de semana sin guardia del 2016, he podido aprovechar para descansar y meditar acerca de los propósitos del año nuevo. 
Ya sé que esto se lo debería plantear uno antes de Año Nuevo pero ese día estaba de guardia y no tenía cabeza para objetivos; de hecho no tenía cabeza para nada. Tenía varios pacientes vomitando al mismo tiempo y poniéndome el pasillo perdido. Luego vinieron muchos casos que pasaron directamente de mis manos al psiquiatra. Mi compañera tenía razón: "la gente en Navidad se pone triste porque está sola y viene a Urgencias porque sabe que aquí siempre hay alguien que lo aguanta".  Yo por una parte lo entiendo: me he pasado las últimas Navidades estudiando, ¿hay algo más deprimente que eso? Estas fiestas han sido geniales, he podido vivirlas como siempre he querido, incluso aunque haya estado trabajando y me tocara la peor guardia de todo el año, la del 1 de enero. No he tenido que estar estudiando 8 horas al día, ni he tenido que madrugar para pillar sitio en la biblioteca, ni he tenido que tomar infusiones de tila y valeriana los días previos a ningún examen. 
Buf, eso ha sido una importante mejora. Pero vamos a hablar de propósitos que hay entre tú y yo, de los reales y los inventados. 
Por ejemplo, es una invención que me vaya a apuntar a un gimnasio; nunca me han gustado y ni qué decir del traumático paso por los vestuarios donde la gente entabla conversaciones sin ropa. Real, real es el propósito de mejorar lo que como. Eso es fácil, se trata de identificar todas las porquerías de las que me alimento y no comprarlas. O cambiarlas por fruta. O no comer y beber agua.

Otro invento es el de no fundirme las tarjetas comprando ropa que no necesito. En el fondo sé que es bastante complicado de llevar a cabo y por eso termino buscando toda clase de excusas, que resultan ser muy buenas, como la de que la ropa que no uso y está nuevita se la voy dando a mis hermanas. Totalmente cierto. Ellas encantadas y yo haciendo hueco en el ropero. Tampoco es tanto lo que compro, el problema es que parto de un ropero muy pequeño... ... ...

Ahora que tengo tiempo libre, sé lo que es y lo disfruto, me doy cuenta de que podría hacer algo productivo para mí durante esas horas como: apuntarme a clases de algún nuevo idioma, estudiar protocolos, aprender a hacer manualidades o bricolaje que tanto me gusta. El propósito está ahí, en algún punto inconcreto de la nebulosa de purpurina rosa de mi mente. Pero forzar la máquina para ser creativo nunca da buenos resultados, de hecho casi nunca los da. Así que lo más probable es que pase de las clases y me dedique a disfrutar mi tiempo libre estando así, libre, que no es lo mismo que sola.

Un objetivo que sí voy a cumplir es el de viajar. Y viajar a un lugar lejano y exótico, si es posible. Porque viajando te conoces, conoces a la persona con la que viajas, te diviertes, aprendes, desconectas, duermes mejor y en cualquier parte, practicas otros idiomas (incluido el de señas, si es necesario), ves paisajes fuera de lo común y añades recuerdos al álbum de tu vida que es, en definitiva, lo que cuenta.

Como buena escritora, no me podía faltar el propósito de escribir más, de sentarme y redactar las ideas que ocupan mi cabeza, que a menudo son tan enrevesadas que no sé ni por dónde empezar. Lo importante es que se gasten tinta y palabras. 

Para los interesados, este año no pienso casarme, no pienso embarazarme ni adquirir otro tipo de mascota.

¿Y tú qué me cuentas? 
¿Ya empezaste con tu lista de propósitos?
¡Feliz Domingo!

22 marzo 2015

En sueños

Al final en la historia de Claudia sólo hubo dos hombres que marcaron un antes y un durante. Lo que vino después de cada uno de ellos fue sólo la vida. 
Fotografía: http://weddingsparrow.co.uk/
Anoche, caminando descalza por la Toscana de sus sueños, volvió a verlos. Ella permanecía bajo el sol, radiante. Deambulaba campo a través, lejos del sendero, hasta que alcanzó a ver unas figuras en la distancia. A medida que se aproximaba estaba más segura de que eran ellos. Allí estaban, como un día hicieran, ajenos a su amor. Sus actos les habían dispensado del mismo hacía tiempo. Al uno por pensar que era demasiado poco y al otro, por creer que no era suficiente. Malditos. Les había entregado su alma y ellos pensaron que podían enjaularla. No sabían la medida de su valor. Al llegar a su lado, Claudia quiere pararse, decir algo, sentir algo. Pero el sol brilla con más intensidad si cabe y no se detiene. A veces las mejores palabras son las que no tienen que expresarse en voz alta para ser compartidas entre tú y yo. Así que avanza, llega a una senda cuyo rumbo se pierde entre las ondulantes colinas verdes y así hace con ella. No sabe dónde la puede llevar pero, por una vez, eso le parece lo más oportuno. Al poco, Claudia se evapora en la niebla de sus sueños.


26 mayo 2014

Pensando en Summer

El otro día me dio por ver la película "(500) days with Summer". Como bien dice en el póster de la peli "esto no es una historia de amor, es una historia sobre el amor" y como necesito con frecuencia tirar por tierra mis propias y excesivas fantasías románticas pensé que podría venirme bien verla. Desde luego, no tiene nada de comedia romántica estándar. Esto hizo que tuviera curiosidad y llegara hasta el final de la película. 

La historia trata de un chico, Tom, que conoce a una chica, Summer, y ve en ella a su pareja ideal. Sufre un flechazo tan profundo que no hubo modo humano de sacársela de la cabeza hasta que la cosa empieza a marchar y empiezan a salir. 

Ellos representan dos prototipos opuestos, cada uno hecho a sí mismo por sus vidas y su pasado. Él por su lado es fantasioso, romántico, idealizador, (¿inocente?)... vamos, lo que somos cuando tenemos un flechazo y empezamos a oír música en nuestra cabeza, a soñar y ver el mundo en color rosa. Es fácil identificarse con él, al menos para mí. Por otro lado la tenemos a ella, es guapa, divertida, inteligente, sincera... el colmo de la honestidad. Tanto como para decirle a él desde el principio que no quiere nada serio y él está tan enamorado que acepta cualquier condición con tal de estar con ella.

Sólo por esto que te he dicho ya puedes imaginar que va a haber jaleo. Porque a las chicas decididas es difícil hacerlas cambiar de opinión, y a los chicos enamorados, menos todavía.

La peli tiene un desarrollo lento, pero ya estoy harta de historias de amor de 24 horas. ¿Por qué no darle tiempo para ver cómo evolucionan las cosas? Además, el narrador especifica claramente qué día de los 500 es el que decide contarte y con un juego de vuelta al pasado y al pasado más anterior va mostrándote los hechos y sus consecuencias. Ves cómo el mundo rosa y perfecto del amor deja paso, al acabar, al lado gris, las palabras duras y los portazos durante las peleas. 
"Just because she likes the same bizzaro crap you do doesn't mean she's your soul mate."
Si ha sido el guión más acertado, si ha sido inteligente o si te ha aburrido poco importa. Esta película ilustra el amor en los momentos buenos y los no tan buenos. Quiere echar abajo esas falsas creencias de que no podremos ser completamente felices hasta que encontremos a la persona. En eso estoy de acuerdo, la vida es muy corta y no podemos basar nuestra felicidad en una persona que puede no aparecer nunca, tampoco en el destino. ¿Qué es la vida sino un resultado de las coincidencias? Nosotros ni nadie puede tener el control de lo que ocurra. Quizá esto es lo que nos resulte menos agradable de digerir. Quizá sea preferible creer que nuestros pasos van en dirección a una meta prefijada para sentirnos más seguros cuando la verdad es que estamos constantemente en la cuerda floja. Mañana no es seguro para nadie. 
"— Y ¿qué es lo que pasó? 
— Lo que siempre pasa: la vida..."
En mi vida he sido Tom y he sido Summer. Así que hablo con conciencia cuando te digo que ninguna de las dos situaciones es agradable. No lo es ser rechazada cuando tienes unas expectativas románticas altísimas; ni lo es cuando te toca destrozar las ilusiones de la otra persona. 

En el primer caso, tal como le paso a Tom, cuando ves tus castillos en el aire echos papilla lo primero que sientes es una bofetada en la cara. Luego, viene el rechazo, la desesperanza y la tristeza. Aquí corres el riesgo de que esto sea algo más profundo cuando no te pasa una, sino varias veces. Empiezas a pensar que hay algún problema contigo, que la persona indicada no llega... La clave es ser paciente y aceptar la vida como viene y con lo que viene. 

En el segundo caso, no es fácil encontrar las palabras para marcar los límites de una relación sin caer en el eterno sólo amigos. Tampoco lo es resistirte a un abrazo, una caricia o una palabra cariñosa de alguien a quien quieres (aunque sea sólo como amigo). Por eso no le reprocho a Summer que bailara con Tom sin decirle que todo había terminado para ellos dos. Es más, admiro que tuviera el valor de volver a él para darle lo que le ayudaría a liberarse finalmente de ella: una explicación, un porque.  

Espero que leyendo esto no te quedes con la sensación de que la película es pura depresión. Al contrario. Con el final de la misma trata de enseñarnos que incluso después de una catástrofe que te consume y te destroza, siempre hay un camino entre tú y... quien sea. El mundo sigue girando y las coincidencias te siguen encontrando. Si no la has visto, te la recomiendo. A mí me ha encantado por todo lo que me ha hecho pensar. Será como dar un paseo por el parque, uno en particular.

15 abril 2014

Invitaciones de Boda

Me doy cuenta de que pasa el tiempo cuando hablando con los amigos, surge a veces la certeza común de que en algún futuro próximo, nos llegarán invitaciones de boda de otros amigos, que son pareja. (Tengo 24 años, no es una idea del todo insensata si no tenemos en cuenta el loco mundo anti-compromiso en el que vivimos). Pero no se trata de gente normal. Hay entre tú y yo parejas que parecen estar hechas el uno para la otra, y no puedo dejar de usar esta frase tan recurrida, porque yo misma reconozco que son tal para cual. Visualiza dos personas atípicas que gravitando en la inmensidad de mi perimundo, se reconocieron y se encontraron. Seguro que tú también conoces a una pareja así, que al mirarla te dices: ¿pero cómo pueden estar juntos?, ¿cómo pueden durar tanto? Y así, van pasando los años. La gente me responde: "es que son iguales". Igualmente raros, quieren decir. Lo más curioso es que, a pesar de que son una pareja diferente, cuando nos viene a la cabeza cómo será ese momento de recibir la invitación de boda, nos lo imaginamos de lo más tradicional. Luego nos inventamos qué tipos de hijos tendrán, el nombre del perro... Es divertido. 
Cuando acaba la fantasía, volvemos a pensar en nuestra propia historia y nos preguntamos inevitablemente, si encontraremos a alguien tan parecido a nosotros, algún día... 

13 abril 2014

Palabras difíciles

Querido maldito,
Esto es el adiós. Adiós a las cenas para dos, adiós a los domingos contigo, adiós a los besos. ¿Crees que es fácil para mí decir esto? No. ¿Acaso no luchamos los dos? ¿por qué salió todo mal? El destino no quiere que estemos juntos y ahora mismo sus trazos se borran. A dónde iré si no es contigo. Supongo que allá donde el tiempo no cuenta, al limbo que hay entre tú y yo cuando no estamos juntos, justo donde no quiero ir. Dicen que es bueno poner tierra de por medio, ¿y por qué no un mar entero? El agua salada podría borrar mis lágrimas. Tonta de mí. Te quise y todavía no sé por qué. Aunque no me convenías y tus palabras de amor estaban vacías, las pocas que decías... Ahora estoy aquí, mendigando en medio de un montón de nada un ápice de lucidez para escribirte, probablemente perdiendo el tiempo en algo que nunca leerás, al menos con el corazón. ¿Sabes qué? Si tienes que marcharte, vete. Sal de mi vida. Estoy cansada de pelear por causas perdidas y ésta hace tiempo que lo es.
Pero todavía hay dentro de mí unas gotas de amor que te regalo aquí. Porque fuiste mi camino, mi luz y mis colores. Gracias, cariño. Supiste descubrir mi verdadero ser, alguien que ni yo misma conocía. Junto a tí me sentí feliz con letras mayúsculas, ¿no lo sentiste tú también? Aunque todo esto ya no importa, verdaderamente. Ahora mismo sólo quiero alejarme de tu sombra. Recorrer el mundo anónimo otra vez, reír ¿por qué no? y no mirar más atrás, a tí, a nuestro piso vacío, a nuestros posibles. Se me acaba el café. Y ya no se me ocurre mucho más que decir. Creo que el silencio es nuestra mejor cura. Fue un placer poder compartir contigo cada segundo que vivimos. Espero que cuando leas esto te encuentres bien y que, si algún día decides pensar en mí, sea para bien.
Adiós querido maldito.

04 abril 2014

Buscando pareja... ¿quién, yo?


¿Has oído eso de "si no sucede, haz que suceda"? Pues resulta que ya varias personas me han nombrado páginas y aplicaciones que ayudan a la gente a encontrar pareja (que no otros rollos, aquí siempre hablo de temas casi serios). No es que me hayan comido el coco del todo pero total, que el otro día la fiebre me dio por crearme una cuenta en una página para encontrar pareja. El que me conozca un poco sabe que yo no me tomo esas cosas en serio. Aunque no niego que a otras personas les ha funcionado, y en más de algún caso aislado por extraño que parezca. Pero la curiosidad me pudo. Y la motivación se multiplicó por 10 cuando tuve que inventarme un nombre falso. Está bien eso de que no puedan reconocerte, los secretos siempre ayudan a mantener el interés. Claro que no fue tan fácil permanecer encubierta a la hora de elegir una foto para el perfil. Pero bueno, pude encontrar una más o menos buena a mi parecer y en la que tampoco se definía muy bien la cara. La fiebre me duró 24 horas, pero la de cosas que me ocurrieron en ese tiempo... por favor, que esto quede entre tú y yo

Al principio de todo, mi mayor preocupación era saber manejar los botones y dónde estaba cada función. Después de los detalles técnicos, lo que más me estresaba era camuflarme lo suficiente como para no encontrarme con ningún paciente. Por suerte, no fue tal el caso. Ufff. Lo que no me esperaba fue el éxito que tuve, vaya sorpresa. A la media hora de haberme creado la cuenta ya tenía un premio a la chica más popular de la semana. Todo un logro. Y enseguida empezaron a llegarme mensajes de "Hola guapa, preciosa, nena..." que no me dignaba responder, menos aún después de colocarme en el podio de las más populares. No, no. Empecé por echar una ojeada a lo que había por allí. Para mi sorpresa, fui a dar con un par de chicos simpáticos y que tenían una ortografía divina (no es broma, hay chicos que escriben muy bien). Sin duda el que me dejó impactada de la risa que me dio fue un chico que se presentó diciendo: "Hola, soy J. sé que a lo mejor no me hablarás porque no te gusto pero sólo quería decirte que eres de lo más espectacular que he visto, encerio, eres preciosa, quería decírtelo porque creo que es bueno saberlo". No hay nada como que te suban la moral un lunes que encima tienes fiebre. Al poco se me presentó un chico estupendo de 21 años; resulta que había tenido tres relaciones serias en su corta vida, la última había durado dos años y se había terminado no hacía mucho, por la monotonía (can you believe it?). Luego me vi asaltada por el típico acosador, que no tiene otra cosa que hacer que seguir cada movimiento que haces "ah ¿vas a salir? ¿pero luego vuelves? ¿ya volviste? ¿ya?". Y cómo no, el chico con una pinta muy random que no es para nada tu tipo y que va buscando a su futura mujer. De éste me libré con un directo "contigo no, bicho". Al día siguiente tenía 288 admiradores. 
Claramente hay algo que no cuadra con la realidad. 
Desde el punto de vista de las chicas solteras, hay poco mercado entre el que escoger. Ya sea porque la chica es exigente, selectiva o estrecha de miras. A lo largo del día, cuando las mujeres se mueven por el mundo arrastran con ellas esa sensación de que tienen pocas posibilidades. ¿Somos unas derrotistas? No es mi opinión de lo que te hablo, sino de las percepciones generales de las chicas solteras. Yo aquí haciendo de Carrie Bradshow (pero sin bolsos de Dior), tengo a mis amigas como referencia. Los hombres buenos están siempre cogidos; los guapos, tienen lista de espera y los normales, ¿dónde estarán los normales?. No niego que al entrar en la página de contactos puedes cuadriplicar tus oportunidades de pesca pero, cualquier tipo de pescado no (me) vale.  Me pregunto, ¿las tecnologías nos ayudan a ligar?. Pues no me queda esto a mí muy claro. Sí y no. En algunos casos funciona; en otros, no. Ahora sí, en mi opinión, tener a una persona cara a cara nunca podrá ser sustituido por un vis-à-vis con una pantalla. La médula suprarrenal tampoco se deja engañar. La adrenalina, el nerviosismo de la voz o la respiración que se entrecorta, la bioquímica de esos momentos hace saber al cuerpo si la persona que tienes delante es la que es. Y además, te ahorras un montón de notificaciones en el móvil. 

01 septiembre 2013

Los regalos de ellos

¿Sabes cuál es el problema de las rupturas? Que aún pensando que tu ex-pareja o ex-amigo está fuera de tu vida, siempre quedan remanentes: como los regalos de cumpleaños, las tonterías que compramos juntos o eso con lo que te sorprendió un día sólo porque le hacía ilusión. Lo más difícil de terminar cualquier relación es borrarla por completo. No sé ni qué hacer con todos esos trastos. Normalmente los tiro. Hay otros que en cambio, conservo. Qué es lo mejor, no tengo ni idea. Llevo mucho tiempo borrando gente de mi mapa y nunca lo he conseguido del todo. De hecho, durante unos años tuve en un marco de fotos de mi habitación una fotografía en la que salía con un grupo de gente, aún cuando entre ellos y yo ya no había amistad. 

Una amiga me decía que para ella lo mejor de romper con un chico eran los regalos que conservaba. Claro, a ella su chico le había regalado una cartera Guess. A mí una vez me dieron una cesta de jabones para suplicar mi perdón. El pobre diablo había comprado la cesta más grande de la tienda creo. Se la acepté sólo por no montar un numerito delante de toda la gente que había alrededor, en la misma entrada a un congreso en la facultad de Medicina. Luego, en mi casa, me arrepentí; quería demostrarle que gastando dinero no se arreglan las cosas. Así que me decidí a tirarlo todo porque ni con las perlas de baño se me iba a pasar el enfado que tenía con él... Mi madre se lavó la cara con jabón de algas del mar Muerto durante 3 años. El otro día por casualidad, vi que le quedaba media pastilla de aquellas en la jabonera del baño. Me lavé la cara con ella pero eso no consiguió limpiar los recuerdos de la escena en la entrada del congreso. Me reí durante un rato de nuestra fanfarronería y las tonterías de aquellos tiempos; eso sí, con los poros limpios. Hay que ver cómo cambia nuestra percepción de las cosas, con tiempo (o el jabón de algas del mar Muerto).   


21 junio 2013

... . .- .-.. . ...

Estoy por jurar, que el 99'9% de nuestros problemas con otras personas se basa en malinterpretaciones de señales, externas u omitidas.
Constantemente me sobrevienen situaciones en las que tengo que lidiar con el conocido "¿tú qué crees?" o "¿qué te parece?". Ser directo es una habilidad de pocos. Guardar las apariencias está ampliamente aceptado como método para prolongar amistades, relaciones y/o demás interacciones entre simples mortales (humanos, perros). El problema es que a nadie le gusta que jueguen con sus sentimientos y por dentro, en realidad todos pensamos "oye, si tienes algún problema conmigo, prefiero que me lo digas a la cara". No nos gusta tener que adivinar y cazar indirectas es un deporte aburrido. Digamos -por decir, que de todos los casos posibles, la mitad prefiere archivar, olvidar y seguir; la otra mitad no tiene esta capacidad y se enfrentará a la situación o de lo contrario, moriría de angustia antes de tener que seguir tragando guardando. Quién te parece que resolverá antes su conflicto. No está claro. Lo mejor es ser pragmáticos y actuar acorde a las señales.

Pero maldit... Nadie lleva escrito en la frente cómo se siente y confiamos en lo que creemos que sabemos e intuimos sobre esa persona para dirigir nuestra táctica. Entre parejas, las señales se convierten en un lenguaje secreto. Te dicen qué, te dicen cómo, te dicen cuándo. Te dicen tanto. Y es muy bonito pensar que cuanto más conoces a una persona, más fácilmente llegas a aprender su idioma. La catástrofe empieza cuando la A (de amor) que dices, se convierte en la B (de berenjena) que él entiende. 

Por esto mismo, me jacto de ser pro-directa y libro abierto. En ambos sentidos leo en los demás y me gusta que los demás vean en mí, lo que cada situación me hace sentir. Así he acabado siendo un torbellino de emociones, las tuyas y las mías, juntas recorriendo las vías sensoriales que me arrastran a la locura. Si tienes que decir algo, sólo dilo; pero no dejes que las señales te engañen si aún necesitas libro de instrucciones para saber cómo funciono.    

TÍTULO DEL POST: "Señales" escrito en código Morse. 
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