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02 agosto 2022

Tour por la Laponia Sueca

Este año nos atrevimos a programar un viaje durante el invierno y no nos arrepentimos. 

Elegimos una compañía autóctona para organizar el viaje que partió de Luleå, al Norte de Suecia. La duración fue de 5 días, más que recomendable para poder realizar varias actividades y tener tiempo para descansar. El clima fue benévolo con nosotros y en ningún momento bajamos de -10ºC, algo inusual para la época del año en que estábamos: la última semana de enero. Teníamos unas pocas horas de luz tenue al día y esta se apagaba a eso de las 15:30h, por eso nos levantábamos temprano, comenzábamos nuestra actividad muy pronto para que las tardes pudieran ser para el descanso, una vez ya entrada la noche y para la larga espera, por nuestra amiga: la aurora boreal. 

El alojamiento típico en esos parajes no es otro que una cabaña de madera, perfectamente equipada para las necesidades básicas y bien aislada del frío. En cuanto a la ropa necesaria, fuimos con varias capas de abrigo incluida una térmica, la generosa lana que protege bastante bien y la capa aislante superior que es a la vez, impermeable. Además, una vez estuvimos en el complejo, nos equiparon con el traje de invierno y botas especiales para la nieve que podíamos usar tanto para el diario como para las actividades programadas. 

Aunque parezca que no, en esa inmensidad silenciosa y oscura hay gran cantidad de actividades disponibles que enriquecen la experiencia del viaje. Uno no se espera que las horas de luz se puedan aprovechar tan bien. Así como tampoco te esperas que el medio de transporte, la moto de nieve, y el medio de vida, hacerse un fuego, estén al alcance de todos. Ahí mismo, cualquiera puede salir con su trineo o su moto de nieve, hacerse un fuego, comer, existir en medio de esa estampa de naturaleza perfecta que parece diseñada para estar en armonía con todos.

Tuvimos la fortuna de poder ver la aurora boreal durante dos noches, una de ellas especialmente intensa. No puedo darte ningún consejo sobre esto, es pura suerte. Lo único que sí puedo aconsejarte es que, una vez que empieza, solo puedes buscarte un buen asiento (un montículo de nieve) y mirar hacia arriba sin pestañear para no perderte el esplendor que ofrece el cielo caprichoso, iluminando con su cortina verde de todo su espacio. Magia.

Por todo esto no puedo dejar pasar esta página del blog sin que puedas emocionarte con algunas de las imágenes del viaje. Fue una experiencia increíble por la gente que conocimos, las vivencias y el contacto con la naturaleza y los animales. Oh, sí. Vimos algunos renos pero sobre todo recordaremos los huskies, como uno de los momentos más entrañables. 

Espero que quien lea esto se quede con un mensaje claro: que el frío ni la larga noche sean un obstáculo para disfrutar de la naturaleza más auténtica, en ellas reside el secreto de su belleza. 

Disfruta de la galería. 



























26 enero 2021

¿Vamos a hablar de esto?

Me topé con este mensaje la otra noche al salir del Centro de Salud.
Apareció en una recta, en una carretera bien visible, frente a una guardería.
Me pareció tan chocante que tuve que dar la vuelta en la rotonda para pasar a verlo una vez más. Incrédula de mí. Era reciente, lo sé porque paso por ahí cada día. Ingenua de mí. La gente que vive por la zona es la que yo atiendo en mi consulta cada día.
Para el que no viva en Canarias, ha de saber que nos encontramos en un punto geográficamente estratégico que supone la clave de entrada hacia Europa. Favorecidos por un clima benévolo y unas costas accesibles, somos inevitablemente uno de esos lugares que uno podría soñar para dar el salto al continente. La triste realidad es que recientemente y cada vez más, hay un flujo constante de migrantes cuyo objetivo no es permanecer en estas islas pero que se ven forzosamente varados aquí. En nuestro entorno, abierto y generoso, siempre hemos tenido la puerta abierta al viajero. Siempre hemos sido sitio de paso. Lo dice nuestra Historia.

 ¿¡Y ahora me vienen con esto!? 

Pues me preocupé. Cuando leí ese mensaje me vinieron a la cabeza flashes del Black Live Matters (BLM) y de agresiones callejeras. Supuse que este mal sentir podía ser fruto de las malas condiciones económicas, del panorama nefasto que tenemos de frente en el que las familias hacen estragos para vivir contando euros. Supuse que sería el miedo a que alguien, sea quien fuere, pueda venir a quitarnos lo poco que nos queda. Me dije que no podía ser real, que nosotros siempre hemos sido un pueblo tolerante y simplón. Tan bueno a veces, que parecemos bobos. No puedo creer que entre tú y yo vayamos a dejar crecer la semilla del rechazo y del odio. Espero que no. Por nuestro bien. 

Cuando salí del shock arranqué el coche. Mientras, me planteaba que bien podría tratarse de algún mensaje escrito por algún inconsciente. Seguro. De camino a casa iba escuchando el programa de la radio del momento. Esa tarde la pregunta que lanzaban al público era "¿cuál había sido tu última acción solidaria?" y uno a uno se escuchaban los mensajes de los oyentes contando que habían ayudado a un tal fulano, que habían cuidado a una familia de gatitos, que habían hecho un regalo desinteresado a un tal mengano, alguien había devuelto una cartera perdida...

Así que, para cuando aparqué el coche, ya no sabía si tenía que seguir preocupada o guardar una gota de esperanza para esta gente con la que comparto un trozo de tierra en medio del océano. Espero que el tiempo me de un poquito más de fe en todo lo bueno que podemos ofrecer. 

01 junio 2014

¡Hasta pronto!

Con el tiempo, me resulta cada vez más complicado despegarme del blog. En momentos en que he estado sin escribir entre tú y yo se me han ocurrido mil historias que luego, quedaron en nada. No quiero que, mientras preparo el MIR, me pase eso. No te asustes, esto no es una despedida. Al contrario, quiero presentarte mi nueva casa. Por supuesto, de alquiler. Está en Madrid, en un barrio tranquilo, muy cerca de la sede de mi academia. 
Aquí puedes seguir encontrándome. Para leerme o contarme lo que quieras. Nada va a cambiar, salvo mi nueva ubicación. ¿Qué esperar? Mis peripecias con el MIR y mi aventura en la ciudad. Espero que disfrutes con este pedacito de mí que dejo bajo estas palabras, en este sitio maravilloso que tanto trabajo y tiempo me ha llevado construir. Volveré. Ojalá te entre el gusanillo y quieras más. Tendrás que venir hasta mi nueva casa "Aquí, en Madrid". 
¡Hablamos pronto amigos!

23 septiembre 2012

Otro

Después de otro verano demasiado maravilloso ha llegado otro comienzo de curso. 
Sumo ya unos cuantos a mis espaldas pero nunca me canso de ellos. La expectación de los primeros días, el olor a libros nuevos, las bibliotecas vacías, las colas en secretaría, las caras conocidas por los pasillos, los vaivenes de fichas de las asignaturas y en definitiva, todos esos pequeños detalles hacen que volver sea una delicia. Lo que no es tan delicioso es retomar el ritmo sueño-vigilia pero no todo podía ser bueno. Ahora es tiempo de promesas, agendas sin estrenar y buenos propósitos para lo que está por venir. Y mientras pasan estos primeros momentos de reincorporación nos sacudimos la nostalgia de aquellos días de verano, ya lejanos, y nos ponemos manos a la obra con nuestros deberes. No podemos vivir anclados en el pasado, aunque queramos. Esto es lo divertido del asunto, proyectar entre tú y yo nuevos planes, nuevas ideas, nuevos cursos, nuevos amigos... ¡a saber qué está por venir! 
¡Feliz comienzo de curso! 

Muelle en Muros, A Coruña
                                         

10 julio 2012

La vuelta al Mundo

Hay aspectos serios y no serios en nuestra personalidad. 
O unas cosas que cambian y otras que no lo hacen. 
Hay quien es cabezota y con el tiempo se doblega (o lo adiestran), a otros nunca le gustó la música clásica. Hay quien nació soltero y vivió feliz junto a nadie comiéndose todas las perdices; y hay a quien le va el deporte de riesgo (y por eso se casa). No podemos evitar que el Mundo cambie y que nosotros también lo hagamos. Sin embargo nos reconocemos a lo largo del tiempo dentro del mismo cuerpo que nunca es el mismo, por querer creer que nuestra persona una vez forjada (durante la adolescencia, o más tarde en el caso de los hombres) se mantiene igual para siempre. No. Todo el mundo cambia. Aunque hay cosas que nunca cambian. ¿Tú lo entiendes? Yo tampoco. 

El otro día mi hermana estaba hojeando un libro: "Los 501 lugares que no puedes dejar de visitar". Yo, como toda buena estudiante de Medicina -competitiva sin límites; la reté a que me hiciera preguntas a medida que fuera pasando las páginas. Lo que empezó como una idea boba pasó a ser una idea divertidísima. Mi hermana se motivaba buscando preguntas de los 5 continentes y algún que otro océano y yo, me machacaba los sesos buscando entre la papilla el lugar donde había dejado todo mi conocimiento previo a la Medicina. Nunca hay que escatimar en culturilla. Poder seguir aprendiendo más cada día es uno de los mejores regalos que nos da la Vida. Nombres de capitales, reyes o castillos, cuál es el edificio más alto del mundo, los lagos más grandes de Estados Unidos, por dónde se extiende la Gran Muralla China, cómo es la bandera de Nueva Zelanda, por qué es famoso el Mar Muerto, el idioma oficial en Túnez... dos palabritas mágicas y a Deb se le activa el botón secreto de los sueños. Y entonces recuerdo que me encantan los viajes porque son experiencias apasionantes y que, si pudiera dar la vuelta al Mundo, no me lo pensaría dos veces. Supongo que los sueños entre tú y yo siempre nos acompañan ajenos al resto de cosas de nuestra vida, impertérritos, atemporales. Ahí están, hasta el día en que te atrevas a perseguirlos y convertirlos en tu realidad. 

Las dos palabras mágicas son ¡Buen Viaje!       

10 abril 2012

Tú a Londres y yo a La Gomera

Nada de viajar en Agosto, eso es sólo para gente loca como yo. Abril es el mes de los viajes. De hecho mis hermanas se van, las dos, este mismo mes; una de campamento a La Gomera y la otra de urbaneo a Londres. Ya me gustaría poder cambiarme por cualquiera de ellas (preferentemente por la segunda) y darme una escapada de una semana. Pero no. En esta época del año es rara la vez que tengo ocasión de viajar por millones de razones como ahorrar para mi gran escapada-huida en Agosto, prácticas, exámenes (sobre todo esto), fiestas en las cercanías... Una pena porque además de tener un clima mucho más de mi gusto que en verano, apuesto a que los sitios de mi interés están mucho más accesibles (es decir, vacíos). Pero no. A mí dame colas en las ventanillas de facturación, huelga de controladores, turistas con bebés, perros y equipajes especiales, maletas perdidas, además de colas en el control de pasaporte, en los museos, en las tiendas de souvenirs, en los taxis, en los baños públicos, en el Starbucks, grupos de adolescentes haciéndote encuestas, ancianos que están perdidos, perdidos que no hablan el idioma... Lo reconozco, no me gusta Agosto especialmente pero si es en ese momento cuando puedo escapar de aquí, bienvenido sea. ¡Ayyyy, qué ganas de irme de viaje! :)

30 enero 2012

El siguiente salto

Ya no recordaría lo último que te conté si no fuera porque aquí todo queda. 
Para aquellos que perdieron el hilo o algún tornillo por el camino, les cuento que acabo de superar la nueva forma de tortura legalizada -los exámenes de enero universitarios- y con excelentes resultados. Mm, puede que el 2012 sí que sea mi año. Pero, ¿dónde ha estado Deb todo este tiempo? ¿haciendo qué? ¿cómo? ¿con quién? ¿hay algún nuevo quién?


Pues mayoritariamente he estado bibliotecando con mis buenos amigos C., Z. y G. en la sala de estudios del TEA. Esto incluye fines de semana y días festivos. Esto implica toneladas de apuntes de Oncología Médica, Aparato Digestivo y Cirugía así como de Ginecología y Obstetricia. Esto supone muy pocas horas de sueño y una cantidad de cansancio inversamente proporcional. Las Navidades pasaron tan rápido como llegaron y tras descolgar el "Merry Christmas" de la puerta sólo quedó una larga y dura caminata hacia los exámenes. Primero el test de Oncología, luego el de Digestivo y finalmente el oral de Ginecología. Pasaban los días sin que pudiera hacer diferencia entre lunes o domingos; todos me parecían lo mismo. Había un marcado silencio en Facebook y consideraba afortunado el día que podía hablar con mis amigas aunque fuera sólo un rato. Empecé a considerar maquillarme como un lujo y mis flores... sin comentarios.


Amor... lo que se dice amor suena a esquívo en mi cabeza. De hecho, en un mes hay bastantes oportunidades para sufrir un flechazo profundo pero lamentablemente no hay tiempo suficiente como para conseguir una inicial. Será cuestión de volver a la biblioteca algún día para pillar desprevenido al sujeto del deseo leyendo el periódico en la sección de Hemeroteca (o en las sillas para viejos según mi amigo C.).  

Pronto empezó a sonar una nueva canción en boca de todos, con la ley SOPA y el posterior cierre de Megaupload como acordes principales. Ilusa de mí que creía que vería el final de Anatomía de Grey. Para colmo, a mitad de mes el antivirus de mi portátil decidió prejubilarse y darme la lata hasta que consiguió superarme y lo di por caso perdido. Es más, terminé por no llevarlo ni a la biblioteca porque hacía tanto ruido que parecía que tenía una turbina de un boeing 747, en vez de un portátil. La verdad es que a veces me dan ganas de...
¡No! Control... Como dice mi amiga Z. hay que probar ejercicios de respiración si hace falta aunque sinceramente, a mí eso sólo consigue asfixiarme más. Infusiones. Bolas chinas. Pastillas. Valeriana. Imaginar a la gente desnuda. Vitaminas. ¿A ti te funcionan? Porque a mí no. De hecho sólo pensar en presentarme a un examen oral es suficiente para que no pueda echarme nada a la boca durante 3 días. Qué malos son los nervios. Y por si presentarse al examen no te parecía poco, luego vienen los dolores de cabeza y las pesadillas residuales al terminar. 
En días como los recientes mi padre todavía me dice: "pero, ¿por qué coges tantos nervios si ya has hecho miles de exámenes?"
Sinceramente no lo sé, aunque lo intuyo. Es una reacción superior a mí, primitiva, como lo son el hambre y el sueño. He hecho cientos... no, ¡miles! de exámenes y aún así cada prueba es un reto mayor. En vez de aprender a saltar los obstáculos, y dominarlos, cada convocatoria es cien escalones más alto y angustioso. Supongo que se debe a que ya no hablo de Conocimiento del Medio ni tengo inmensos exámenes de 2 temas.
Los nervios ante un examen son una experiencia universal. Todo el que haya pasado por esta situación, todos los que han sido o son estudiantes, saben bien a lo que me refiero. Malas noches y peores días conteniendo el estrés, el cansancio y luego el insomnio, los dolores de cabeza, las náuseas, la gente que habla en la biblioteca (como yo), los escalofríos, las ganas de acabar con tu vida y la de los que hablan en la biblioteca, la incertidumbre, el malestar y, finalmente a veces, las lágrimas. Descrito así me suena a la idea que tengo de mis futuras Guardias de Residente aunque espero que no sean tan dramáticas.
Mi padre me dijo también: "Supongo que será porque te juegas más. Ocurre como con los paracaidistas, a mí me decían que cuanto más saltaban, más miedo tenían porque mayor era la caída".
Y con estas palabras me quedé. Porque me parecieron la conclusión perfecta para mis dos útimos meses, de los que gracias a mis amigos, guardaré muy buen recuerdo y porque, entre tú y yo, mi padre sabía de lo que hablaba.

¡Feliz salto a la Rutina!

05 septiembre 2011

Algo más cerca; nada más lejos

¿Cómo se retoma una vida? 
¡Ah, sí! Creo que esto puede servir...
Entre tú y yo, me parece que tardaron un siglo en tratarme la no infección de orina. Bonita manera de empezar el verano. 

Mi abuela estuvo de visita en mi casa cerca de dos semanas y aunque yo no estaba por reír mucho, me resultaba extrañamente cómico que ella, cincuenta y tantos años mayor, tuviera menos molestias y tomara menos medicación que yo. 

Puse mis riñones a punto bebiendo toneladas de agua, tomando kilos de pastillas y padeciendo un dolor particularmente insoportable en la espalda (pero no en la fosa renal). Dos dolorosas semanas después me dijeron que de riñón nada, que aquello era una lumbalgia aguda. Y una sesión de masaje después me dijeron que de aguda nada, que aquello venía de atrás. Entre una cosa y la otra, estuve un mes sin poder caminar más allá de 50 metros, sin poder pensar más que en recuperarme y... de verdad que no podía dar tres pasos libres de dolor. 

Todo esto ocurrió dos días antes de irme de viaje. Y, aunque sentí un GRAN alivio al saber que mis riñones funcionaban bien, estaba preocupada por cómo disfrutaría del resto de las vacaciones y del ritmo de la evolución del dolor. Sin tiempo para cuestionarme nada más, me fui. Y así, esta escéptica de la medicina y del quiromasaje partió rumbo a la fría Inglaterra con sus anti-inflamatorios y benzodiacepinas en el bolso. 
 

Llegué a Londres un lunes a las 4 y cuarto de la tarde, sin retraso ni exceso de equipaje. Una vez allí, olvidé el reloj y dejé que me envolviera de nuevo aquel familiar aroma a especias, felicidad y lluvia. Lo que ocurrió durante las siguientes dos semanas es... casi imposible de resumir incluso en un millón de líneas, así que te dejo que eches un vistazo.


Londres es la ciudad que enmudece mi inspiración. No tengo palabras... sólo puedo decir que cada día fue especial, único e irrepetible. Ahora miro atrás y me río al recordar la historia que hay detrás de cada foto, cada momento y cada sonrisa. A todos los amigos que contribuyeron a ello, yo les doy las gracias porque fue ¡fantástico! :)

04 septiembre 2011

La vida sabe a capuccino y suena a música clásica. 
Una sonrisa callada se dibuja en mi rostro mientras recorro un pasillo del infinito entramado del metro londinense. Fuera, los paraguas se recogen y las nubes se repliegan para mostrar al viandante unos minutos de sol: calor y claridad.  



14 agosto 2011

Por fin... ¡empiezan mis vacaciones!

Estas últimas semanas no he estado muy comunicativa, lo sé. Pero es que el verano a mí me tiene zigzagueando entre la sombra y el sol. Se me han quedado muchas historias en el tintero y otras tantas que coleccionaré a mi regreso pero ahora toca colgar el cartel de cerrado por vacaciones. No será por mucho tiempo, sólo unos 15 días que estaré pululando por otras esferas. No te digo a dónde voy, creo que ya he dado demasiadas pistas... :) Sólo te diré que regreso a un lugar conocido y querido.

Nos veremos a mi vuelta en septiembre. Hasta entonces, de todo corazón...
¡¡muy Feliz Verano para todos!!