19 junio 2013

Sr. Patata

Existen personas de toda clase y condición. No dirás que hay una idéntica a otra y sin embargo, hay patrones que se repiten y condiciones que subyacen -comunes, entre varios sujetos. 
Últimamente, con esto de estar de vacaciones y desparramar tiempo libre por todos lados, me ha dado por etiquetar a algunos de mis sujetos. Esto ocurre por ejemplo, con el que yo llamo Sr. Patata. Me refiero a ese muñeco relleno de tierra, al que le crece pelo si lo pones en agua. Claro que esto te lo cuento por lo que hay entre tú y yo, sin pretender juzgar lo que opino porque yo soy la primera que defiende que debemos ser lo que somos. Parece haber palabras diseñadas para esta clase de personas: conformista, estancado, dúctil. Pocas cosas les sorprenden y aquello que lo consigue, sólo alcanza arrancar un amago de reacción. Circunspecto, comedido, inamovible. Son personas que esperan, eternamente, a que algo les suceda. Prefieren ser dirigidos a dirigirse. Trazan sus planes siempre hacia sitios que tienen al alcance de la vista. Voz pasiva, asiento de pasajero, viajes cortos. Llevan pocos adornos. No leen; ni libros ni las señales que puedas darles. Gentil, tierno, manifiesto. No ama porque el Amor implica desbordarse y este tipo de persona no sabe cómo desprenderse de sus límites, que lo definen. Seguro que conoces a alguien así, ¿no?.

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