29 octubre 2011

Perdona, ¿tienes un chicle?

Aunque no lo creas, todavía hay quien usa esta técnica para ligar en la biblioteca.
Y lo peor de todo es que funciona.
Recientemente me he visto envuelta por accidente en una loca historia de amor y romance en la facultad. Todo empezó porque dos de mis amigos (ya sabes que no me gusta señalar ···> K. y K.) decidieron un día hacer de cupido improvisado a tiempo parcial, ¡pero no para mí!   

Respecto a la parejita, tanto a él como a ella los conozco sólo de lejos y sólo de vista pero la opinión que ambos me merecen es bastante buena. Los dos estudian lo mismo pero en distintos niveles. Los dos estudian en la misma biblioteca y los dos están solteros. Ni él ni ella sabían de la existencia del otro hasta este momento. ¿No es excitante? Tan sólo hizo falta un empujoncito y se puso en marcha toda una enigmática cascada de reacciones y, más importante, sensaciones. Le explicaron a él cómo era ella y cómo podía encontrarla. "¿Y ya está?" pregunté yo escéptica. "Ahora hay que esperar..."- me dijeron, aunque para mí el término esperar sólo era aplicable a las orquídeas -"si él tiene interés se acercará a ella y le pedirá la hora o le preguntará cualquier cosa".
¿Surgirá el amor? Quién sabe. De momento, la flecha ha sido lanzada y todos contenemos la respiración mientras sigue en vuelo.  

Pero... ¿pedirle la hora? ¿en la biblioteca? ¡si hay un reloj al fondo que se ve perfectamente! Creo que mis amigos se quedaron un poco obsoletos en esto, ¿qué chico se acerca a una chica con tal pretexto? Te lo digo yo: NINGUNO. Nadie se te acerca y comienza una conversación con un "oye, ¿tienes un folio de sobra?" con intenciones que van más allá de conseguir una hoja de papel. Puede que publique en tu muro cuánto te quiere o te dedique un tweet porque cada día más somos capaces de empaquetar el @mor y otros abstractos en 140 caracteres, todo un reto. Pero dos personas pueden verse cada día durante meses antes de decidirse a empezar una conversación. Entre tú y yo, a veces puede ser... complicado.

Y además tengo el ejemplo perfecto para terminar de convencerte.

Hay un chico que estudia en la misma biblioteca que yo; nos vemos todos los días desde que empezó el curso y yo comencé a preparar mis exámenes. No le conozco pero eso no es obstáculo para ser educada y devolver el saludo cuando me dice hola al pasar por mi lado. La semana pasada estaba estudiando cuando en un momento determinado llamó mi atención y dijo "Perdona, ¿tienes un chicle?". Estaba claro que quería un chicle, ¿¿no??

¡Feliz fin de semana!

26 octubre 2011

Mentes paralelas

Seguro que tú también conoces a alguien así. 
A veces nos encontramos con mundos paralelos al nuestro, inalcanzables. Son esas personas que aún queriendo que formen parte de nuestra vida nos abocan a los des-encuentros y las des-casualidades. Las vemos a nuestro lado y alrededor, caminando junto a nosotros durante un tramo del sendero al fin y al cabo, limitado. Son esas personas que ni te conocen ni dejan que las conozcas del todo, indescifrables. Puede que compartan contigo una hora, un fin de semana o cinco años pero al final podrás decir casi tan poco acerca de ellos como al principio. Son esas personas que escuchan lo que tienes que contarles y luego ellos no aportan nada suyo. Permiten que el espacio que se extiende entre nosotros se vicie con trivialidades, algún día bueno y no sé qué más. Son esas personas cuyo secreto mejor guardado es su verdadera identidad. Se refugian en la introversión y pasan por el mundo de puntillas. Lástima que las rectas paralelas no estén hechas para las intersecciones y lástima que las matemáticas sean tan exactas.  


Reciproci... ¿qué?


Hoy, al llegar a casa, no tuve más remedio que aparcar el coche bastante lejos. Además de estar bastante cansada tuve que caminar un tramo. En mi trayecto me crucé de frente con un chico bastante bien parecido que me dijo "hola" pero no lo conocía, así que no le respondí al saludo y seguí caminando. Para cuando llegué al portal de mi casa aún seguía tropezándome con mi estupidez y mi fanfarronería.
Más tarde, tuve que salir a la calle de nuevo y para mi gozo estaban poniendo multas a un par de coches mal aparcados. Saqué la llave del coche y uno de los policías se quedó mirando, a la espera de comprobar si yo era dueña de alguno de aquellos coches. Entonces dije "hola". Pero si hubo respuesta se evaporó antes de que yo pudiera escucharla.
Recordé en ese momento, lo que había ocurrido antes y no pude evitar la asociación. Recibimos lo que damos; llámalo karma, destino, causa-efecto... Aunque creer esto es un acto de fe y sin base que lo sustente, aparece vulnerable frente al arrollador puñado de nombres de "gente buena a la que le ocurren cosas malas" que podría citar ahora mismo. A lo mejor sí que unos nacen con estrella, otros nacen con la luna y otros, con nada. A lo mejor, creer que podemos influir en lo que nos da la vida es creer que tenemos demasiado poder. Pero entre tú y yo, ¿y si lo del factor suerte era mentira? Yo por si acaso, seguiré pensando en positivo pero con los dedos cruzados ;)

09 octubre 2011

El que lo persigue... ¿lo consigue?

Cómo conseguir pareja en 3 sencillos pasos.
(Sólo para aquellos que hayan conseguido pasar de la etapa de las miraditas).
1. Adulación
Aunque te cueste trabajo creerlo, los cumplidos aún son el arma más eficaz para atraer la atención de la otra persona. Funciona en un 77% de los casos(*); al recibir un elogio nuestra predisposición a continuar con la conversación, cambia favorablemente. Pero es importante que tengas en cuenta dos aspectos: no mientas y no exageres (o será demasiado evidente que mientes). 
   Ejemplo
     - Vaya, J. ¿tienes el carnet de conducir desde hace 4 años? 
     - Sí.
     - Guau... ¿y nunca has tenido un accidente?
     - No.
     - Y además, tampoco te duermes al volante por las mañanas...
     - No; porque si lo hago me estrello.
     - Ya, claro... pues es increíble...
     - ¿Sí? Nunca me lo habían dicho.
     - ¿No? (por algo será...)

2. Haz que la otra persona hable de sí misma
Si la primera técnica no te da resultado, prueba lo siguiente: dirige la conversación de manera que la otra persona tenga que hablar de sí misma. Está demostrado que en un 88% de los casos(*) al hablar de nosotros mismos, disminuimos los niveles de agresividad y aumenta nuestro buen rollo así como nuestra capacidad para monopolizar el tiempo de conversación. 
   Ejemplo:
     Día 28 de Junio, 22:52
     - Y... ¿qué planes tienes para las vacaciones, A.?
     - Aún no lo sé. 
     - Bueno, seguro que algo tienes pensado hacer...
     - No.
     - ... em...
     - ...
     - y ¿no te vas de viaje con tu familia? ¿ni al Sur con tus amigos?
     - Puede...
     - Ah, qué bien.
 
3. Cuéntale una historia triste acerca de ti
Si te han fallado las dos anteriores, es hora de sacar la artilleria pesada: toma la palabra, comparte con esa persona lo más amargo/triste/penoso de tu vida y deja que sucumba a la imperiosa necesidad de abrazarte y demostrarte su comprensión y amor. Las cifras revelan que es efectivo hasta en un 99% de los casos(*). Ya sabes, sólo ¡atrévete!
   Ejemplo
     - Me queda Biofísica... (cara de depresión) No sé qué voy a hacer para aprobarla...
       ... lo he intentado todo, estoy desesperada,V. no sé ya cuantas veces la he estudiado...
       ... el profesor me dice que haga problemas pero... (ojos brillantes) ... no me salen...
       (suspiro profundo) (otro suspiro profundo mirando al vacío)
     - Lo sé. (estira el brazo y...) ¿Vas a salir el fin de semana? Avisa para decirle a I. que
       compre una botella más de ron.


¿Qué hacer y qué no hacer? Creo que pedimos demasiado al querer disponer de unas reglas para tratar de comprender e influir en lo más impredecible y arbitrario que existe -nuestro carácter. No creas que quiero alardear tampoco de técnicas de seducción; no soy una experta y entre tú y yo, dudo mucho que los haya. Yo sólo vi una película del año 38 y quise compartir contigo lo que me vino a la cabeza en ese momento y algún que otro recuerdo. Tal vez a alguien le valen los consejos numerados; si ese es el caso, por favor avísame para cambiar mi versión de la verdad. Mientras, seguiré creyendo que no hay quien me comprenda ni lista de consejos para conseguirme.

Todas las conversaciones son basadas en hechos reales. 
(*) Datos estadísticos no contrastados (vamos, inventados).

06 octubre 2011

Todo el día cada día


No es sino amor lo que nos mantiene despiertos, al encontrarlo y al perderlo;
el consuelo para el desprevenido es que sólo dura para siempre.

Perdura incluso cuando la otra persona ya no está a nuestro lado;
y te descubres -miserable, mendigando si acaso un eco del pasado
esperando que el mar te sonría y el viento te acaricie igual que ella.

Mira al mañana; no habites el ayer -me dicen; pero, ¿cómo no hacerlo?
digo mientras chantajeo al futuro para recuperar un minuto junto a ella,
cómo conservar si no la despedida, el último vistazo y el eterno adiós.

No puedes ocultar tu amor, enterrarlo, cambiarlo ni hacer como que no ocurrió,
porque entre tú y yo, quien un día aprendió a amar... nunca, nunca lo olvida.

 

05 octubre 2011

In the mood

En la vida uno tiene momentos y momentos
En ocasiones estamos tan optimistas que, de repente, nos apetecen cosas que nunca nos llamaron la atención o que lo hicieron pero, simplemente no decidimos en su momento, probar. No, mi (dis)gusto repulsivo por las pasas sigue intacto pero en cambio ayer me sorprendí tremendamente a mí misma pensando en ir a ¡una tienda de deportes! 

Para que puedas hacerte una idea, la última vez que me puse ropa para hacer ejercicio propiamente dicha fue en 4º ESO, cuando llevaba el chándal del uniforme del colegio. Luego en el instituto, sí... bueno, vale: algún día me puse una ropa que parecía deportiva. (No busques más; no falta ningún párrafo aquí, esto es todo lo deportista que he sido en mi vida). Incluso con un padre que fue corredor y que ha hecho el Camino de Santiago desde Francia (800 Km), nunca he pisado un gimnasio, me agoto cuando corro 5 minutos y mi concepto del Pilates son ejercicios con una pelota gigante de colores (parece que no voy mal encaminada).

Claro que, desde que mi lumbalgia empezó a darme quebraderos de columna a principios del verano, decidí que era el momento de organizarme y programar algo de tiempo para mi propia salud. Así que al volver de vacaciones me propuse ir, poco a poco, haciendo algo de estiramiento, ejercicios de columna y esta clase de cosas. Un par de semanas más tarde esas sesiones de "¡ay! ¡ayayay la espalda!" pasaron a sonar a música y a saber mejor. Además, conseguí volver a mi peso habitual y esto, me animó a continuar. En estos últimos días se me ocurrió que también podría ser una buena idea ir un paso más allá y hacer que los brazos trabajen con algo de peso... ya sabes de lo que te hablo, de las mancuernas clásicas; y así llegamos al punto clave: para mí ir a una tienda de deportes puede ser tan embarazoso como ir a comprar a ElCorteInglés en pijama... me hace sentir totalmente fuera de lugar. 


Pero ¡ey! ¿Por qué no?
Para allá fui.
Al llegar, hacía tanto viento en la puerta de entrada que tuve que agarrarme las gafas de sol (y el pelo) para que no saliera volando; en consecuencia, cuando se abrieron las puertas, la gente que estaba dentro me vio llegar con una mano en la cabeza y el pelo en la cara. Me recompuse como pude; entré por donde decía "Salida sin compra" y marché decidida hacia el pasillo central. Bañadores, bañadores, bañadores y bañadores: de mujer, de hombre, de niños y de saldo. Gafas y tubos, equipos de submarinismo, de equitación, botes de pastillas y barritas de... vamos a pensar que son cereales, bicicletas como para participar en el Tour de Francia, guantes de ¿boxeo? ¿todavía se practica?, las pelotas para Pilates y ¡ah! las "cosas" del gimnasio. 

Cuando enfoco hacia la estantería donde estaban las mancuernas desde lejos, veo como se acerca un grupo de chicas. ¡Ya se me adelantaron! Desvío mi trayectoria y me quedo frente a la ropa de gimnasia rítmica y los aros. Veo como empiezan a hablar entre ellas y a probar las mancuernas de demostración. Entonces me acerco para escuchar qué es lo que dicen. Una de ellas parece más entendida en el tema y oigo como le dice a las otras: "... es lo que yo siempre digo, lo mejor es comprarse unas de 8 Kg; las tienes en casa y cuando te aburras, las coges y aunque sea haces 5 minutos de ejercicio". Las otras asintieron con la cabeza pero no compraron nada. Cuando se fueron me acerqué yo y tuve la misma sensación que cuando voy a hacer la compra y me toca elegir el fregasuelos ...sudor frío. 

Busqué las más ligeras y traté de borrar esa expresión de mi cara que decía "¿por qué tenían que ser rosa?". Miré al frente, uno de los dependientes me observaba al otro lado de las bicicletas estáticas así que decidí seguir viendo la tienda porque estaba segura de que, si pasaba un minuto más frente a la misma estantería, iba a venir a preguntarme si necesitaba ayuda. Así que, con 1 Kg más en mis manos me fui a rebuscar en los demás pasillos. 

Quede dicho que la ropa de deporte me parece muy demasiado cara.
Poca cosa más interesante. Un hippie de pelo largo mirando platos para acampadas, una familia de extranjeros comprando ropa de montaña, una mujer revolviendo en las rebajas y un par de chicos eligiendo tenis para correr. En fin, empiezo a sentir el peso de más y decido dar media vuelta, bajar las escaleras mecánicas y dirigirme hacia la caja. Me coloco en la fila para pagar y pongo los ojos en blanco calculando cuánto voy a pagar: las mancuernas y una camiseta (sí, la que estaba revolviendo en las rebajas era yo). Luego me distraigo mirando lo que llevaba el chico que estaba delante mío en la cola: unas mallas que, a mi juicio le iban a quedar algo jus-ti-tas... sí que le haría bien perder unos kilillos, pero tampoco era para llegar al extremo de usar mallas.

Entonces me di cuenta de qué era lo que no me gustaba de las tiendas de deporte. Aparte de que detesto parecer una aficionada, supongo que no me gusta permanecer bajo la mirada crítica de los que no son tan aficionados y sus comentarios del tipo: sí, necesitas perder peso o ¿de verdad crees que cabes ahí? o no, mira... lo que tienes que hacer es (dos puntos) ... y aquí sí que identifico el grave problema personal que he tenido con el resto del mundo desde el principio de los tiempos: no soporto que me evalúen y por consiguiente me digan qué tengo que hacer o no

Entre tú y yo, puede que ya supieras esta gran revelación acerca de mí pero deseaba que a partir de ahora tú tambien la asociaras a unas mallas demasiado ajustadas.
¡Feliz noche!

04 octubre 2011

Terribles 22

¡Hoy es mi cumpleaños! 

Ya hace 22 años que el Mundo me ha estado sufriendo; desde que un 4 de octubre cualquiera decidí interrumpir el almuerzo y hacer acto de presencia. Todo y nada ha cambiado desde entonces: puedo decir que soy una persona madura [porque al fin me hice un Facebook], estudiosa [porque aún sigo en Medicina] y agradable [porque... no me queda más remedio] que aún sigue haciendo que alguno que otro se atragante. Con cero nostalgia me despido de los 21 y le doy la bienvenida a los dos patitos :) Espero que todos tengan tan buen día como yo pero, entre tú y yo, no me busquen ni me llamen ni me escriban porque estaré todo el día fuera, en algún sitio fresquito, haciendo ve-tú-a-saber-qué...

¡Feliz día a todos y Gracias por ser mis Amigos!

02 octubre 2011

Donde mi corazón vive

La mayor parte del tiempo lo hace once pisos sobre el suelo y en una superficie de casi cien metros cuadrados. Mi familia es mi hogar y yo habito el amor que nos une.

Pero en cuanto puedo, escapo; y no te miento si te digo que me paso la vida huyendo a mi lugar secreto. No tengo dudas -pertenezco a la lluvia, a la primavera y al color verde.

Quisiera creer que encajo en cualquier marco pero entre tú y yo, ¿quién quiere ser un esbozo inacabado? Por esto siempre intento volver de nuevo a donde mi corazón vive.