28 junio 2011

(Re)encuentros en la 3ª Fase

Está ahí, ¡no mires! espera...  
Da media vuelta, vamos a coger los yogures.

   Cómo, con astucia. Cuándo, siempre que puedo. Dónde, en cualquier lugar. Plan B, luego te cuento...
 
   No hagas clic en este post si no quieres saber lo antisocial/antipática que me he vuelto soy. Porque de eso va, de cómo he llegado a evitar a mis antiguos compañeros del colegio en el supermercado. Triste, pero cierto.


       Te ahorro las sospechas: no estoy más gorda.

     Me resulta curiosamente exasperante cuando digo "¿qué tal estás?" y la gente -véase: madre de una ex compañera- interpreta por estas palabras que les estoy pidiendo el informe completo desde 2007: "Bien, mi hija E. esta trabajando ahora en la peluquería del barrio y bueno, L. está pasando unos días en el Sur con su novio... sí, acaba de coger vacaciones, ya sabes, acaba de terminar con las clases y se ha ido unos días. Aunque esperamos que venga pronto porque en una semana queremos irnos al apartamento y bla, bla, bla... ...¡Ah! Sabrás que al final D. y V. dejaron los estudios, sí qué pena, ahora están trabajando en M. Claro que, no me interesa mucho lo que hagan porque desde que me dijeron lo del tiroides he estado fatal, he engordado una barbaridad y mi marido...".
      [A mis compañeros que puedan alarmarse: sí, ya sé que el Hipotiroidismo no te hace engordar pero claro, ¿quién soy yo para interrumpirla? Si al menos cogiera aire y me dejara responderle].
       Yo me limito a asentir y a soltar cada cierto tiempo un "¿sí? ¡qué fuerte!". La peor parte es el interrogatorio que sigue con preguntas tales como: ¿tienes novio? y ¿estás trabajando? es decir, ¿ya acabaste los estudios?... así que, ¿estas de vacaciones? Y entonces vuelvo momentáneamente a mi etapa adolescente y respondo en prosaicos monosílabos: no, no, no, no.
      Ante esta situación ya he optado por la vía real. Sí: sonreír y saludar de lejos con una mano (y con la otra, empujar el carro de la compra sin frenar) sólo para darme cuenta de que mi madre ha pasado de mí olímpicamente y se ha acercado a hablar con ella. Madres...

      Los antiguos compañeros no son malos; sólo te los ecuentras en momentos inapropiados. Y por supuesto, una quiere que se haga evidente lo maravilloso que es todo. Ilusa de mí. ¿Qué podría contarle yo? Vale, que saqué matrícula en... no, no, eso sería mentira; que tengo un novio banquero que me va a llevar a las Maldivas... tampoco sería creíble.
       Probando a ser sincera creo que asustaría a cualquiera si le contara la mitad de las situaciones extraordinarias en las que muchas veces me veo envuelta. Empezando por que me quedan (al menos) dos años para acabar los estudios. Sí, todavía. Contando con que no tengo pareja porque no tengo tiempo ni para buscar. Sí, puede ser. Siguiendo por que me compré un pez que no me duró ni un mes. Lo mío nunca fueron las relaciones a largo plazo. Toda mi vida, arruinada sin tener dinero para hacer lo que quería y ahora que tengo el dinero, no tengo tiempo para gastarlo. Mi móvil murió a las 23h del sábado pasado y no enciende. Espero que siga sin hacerlo, porque está en el fondo de un barranco.     
Entre tú y yo, ¿aún te preguntas por qué salgo corriendo?
Cosas del supermercado, me vuelven una misántropa.
         Por si no te quedó claro...
1 Uno puede tropezarse con antiguos compañeros o (creer) verlos. No sería algo extraordinario (y menos aún viviendo en una isla). 
2 Más alla, puede que un día recibas de repente un sms de alguien que creías en Barcelona desde hace 4 años. Ajam, esta historia te la cuento otra noche. 
3 Pero 2+2 nunca son 4, así que por mi parte, me ahorro el (re)encuentro y esta tercera fase nunca existió. 
¿Aprendida la lección? ¡No!
  no lo hagas; ser antipática sólo me lo permito yo.

¡Buenas noches!

2 comentarios:

  1. Tú no eres antipática! Eres una borde encantadora, pequeña. :P

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  2. Jajaja! Me quedo más tranquila :) :)

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